El lunes pasado, el sacerdote tsotsil Marcelo Pérez se enteró que había una orden de aprehensión en su contra, pero no huyó, porque “soy inocente; después de orar profundamente, decidí continuar con mis actividades pastorales”, dijo a La Jornada.
Sobre esta situación, la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) expresó su solidaridad “con el pueblo creyente de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, con Marcelo Pérez, acompañante fiel de este pueblo”, contra quien un juez giró una orden de captura, presuntamente por la desaparición de 19 pobladores de Pantelhó, lo cual habría ocurrido a fines de julio de 2021.
La Remam expresó su apoyo a todos aquellos que “en Chiapas han experimentado el despojo constante de su territorio, así como otras formas de violencia. Les ofrecemos nuestra solidaridad y nos unimos a su voz y a su indignación” a todos los que “cuidan y defienden los territorios”.
La red destacó que respalda a quienes “cuidan nuestro espacio vital” para “preservarlo y heredarlo a las generaciones que vienen” y advirtió que su labor ha estado bajo diversas formas de “violencia”, pues “enfrentamos procesos de degradación ambiental, despojo de nuestros territorios, así como limitaciones a las condiciones para vivir con dignidad y justicia ambiental”.
Las afectaciones son provocadas por la “imposición del crecimiento económico como forma de valoración de la vida y de las naciones. Este dominio se apoya en leyes y reformas estructurales que permiten el abuso, privatización y devastación de nuestra casa común (el planeta)”.
Añadió que “cientos de comunidades enfrentamos problemas de desplazamiento forzado o agotamiento de nuestros suelos y aguas ante la proliferación de procesos extractivos, de industrialización creciente, y urbanización salvaje, así como por la tecnificación de la agricultura para ponerla al servicio de los consumidores de los países ricos”.
Todas estas dinámicas “constituyen el día a día de numerosos pueblos en el estado de Chiapas. Sin embargo, a pesar de que estos pueblos han alzado su voz desde hace siglos, la mercantilizaciónde territorios sigue avanzando de la mano de dinámicas violentas, sea de manos criminales, paramilitares, policiales o militares”.