Colombo. Los manifestantes que exigen la dimisión del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, se negaron ayer a dejar el palacio presidencial, después de que la víspera irrumpieron en la residencia, lo que obligó al mandatario a huir y anunciar su renuncia esta semana.
Estados Unidos y la Unión Europea urgieron por separado a los líderes de Sri Lanka a actuar “rápidamente” para buscar soluciones a largo plazo.
Más aún, el jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, afirmó que el bloqueo de Rusia a los granos producidos en Ucrania debido a la guerra “puede haber contribuido” a la crisis.
“Nuestra lucha no ha concluido. No abandonaremos hasta que se vaya de verdad”, afirmó ante la prensa el líder estudiantil Lahiru Weerasekara.
El presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, indicó que el mandatario “afirmó que presentaría su renuncia el 13 de julio” para “garantizar una transición pacífica”. La oposición inició ayer negociaciones y afirmó que podría reunir mayoría para instalar un nuevo gobierno.
Los dramáticos acontecimientos del sábado fueron la culminación de una ola de protestas en esta isla, ubicada frente a la costa sur de India y sumida en una crisis económica y política sin precedentes, que los manifestantes atribuyen a la gestión del presidente.
Cientos de miles de personas se congregaron en la capital, Colombo, para exigir que Rajapaksa asuma su responsabilidad por la escasez de medicinas, comida y combustible que llevaron a un país relativamente próspero al caos. La Organización de Naciones Unidas advirtió de la posibilidad de una grave crisis humanitaria.
Tras irrumpir en el palacio presidencial, que data de la era colonial, la multitud recorrió las ostentosas habitaciones, algunos saltaron a la piscina y revisaron el armario y las pertenencias de Rajapaksa.
Las tropas dispararon al aire para permitir que el mandatario escapara y luego Rajapaksa abordó un buque de la armada que lo llevó fuera de la isla, después de lo cual anunció su renuncia para el próximo miércoles.
El despacho de Rajapaksa situado en la línea costera también fue tomado por los manifestantes y otro grupo prendió fuego a la residencia del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, pese a que éste también anunció su renuncia.
El principal hospital de Colombo informó que recibió 105 heridos antier y que ayer 55 seguían ingresados. Entre los pacientes admitidos hay siete periodistas heridos.