Ciudad de México. Para el año agrícola 2022-2023 se prevé que la producción de maíz no rebasará los 22 millones de toneladas, aunque la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) estima que llegará a los 29 millones. Esto a consecuencia de la ausencia de programas de impulso a la producción, el aumento del precio de los fertilizantes y la sequía, advirtió Juan Pablo Rojas, de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.
En entrevista, mencionó que la siembra del ciclo primavera-verano va atrasada, generalmente a partir de marzo o abril empieza en los valles altos, esto es en parte del estado de México, Ciudad de México, Puebla, Morelos, Tlaxcala e Hidalgo. En el Bajío comienza entre mayo y junio, mientras en el sureste en junio y termina de establecerse en los primeras semanas de agosto. Aunque varían las fechas de siembras, en todas las regiones las cosechas son entre octubre y noviembre, indicó.
“Las lluvias llegaron tarde en valles altos y las siembras requieren agua porque están en florescencia. No hay agua, no hay humedad. En el trópico no termina de establecerse la siembra. Además, a partir del 10 de julio comienza la canícula, la sequía dentro del verano, y termina el 20 de agosto”, habrá más de un mes sin lluvias.
Explicó que hay 7.2 millones de productores de maíz, de los cuales 80 por ciento son pequeños y medianos. “Los más afectados para continuar su actividad empresarial o productiva en el campo son los pequeños. Los medianos producen para vender al mercado, a otras comunidades, y los grandes son para la transformación industrial”.
Agregó que además de retraso en las siembras, habrá disminución en la tierras sembradas, “se ha desmantelado la estructura institucional para el campo, la Sader no tiene manera de operar. Desconocemos de dónde vienen los datos que presenta, no hay técnicos en campo recabándolos. Por eso contradecimos que el gobierno diga que en el año agrícola 22-23 se cosecharán 29 millones de toneladas de maíz. Si son 22 millones, será mucho”.
A causa del alto precio de los fertilizantes, estimó que habría una reducción de 4 por ciento de la superficie sembrada y una caída en la cosecha de más o menos 40 por ciento, porque hay muchos productores que no van a aplicar la cantidad que se requiere, “si para producir 10 toneladas se meten 10 bultos, ahora pondrán cuatro y se van a cosechar cuatro o seis toneladas”.
Siempre se dice que “somos autosuficientes en maíz blanco, pero hay regiones donde durante unos cuatro meses no hay para consumo humano, no podemos hablar de autosuficiencia ni siquiera en maíz blanco. Si todo este maíz se dirigiera para consumo humano, posiblemente alcanzaría, pero resulta que cuatro o cinco millones de toneladas las consumen los ganaderos, no por agravar, sino porque las tienen a la mano”.
Luis Fernando Haro, director del Consejo Nacional Agropecuario, explicó que el precio de los fertilizantes se elevó casi 200 por ciento y la sequía afectará las zonas de temporal, donde no ha llovido y no se ha podido sembrar. La Sader estima una producción de maíz de 28.9 millones de toneladas para el cierre del ciclo agrícola 2022, cifra superior a las 27 millones 503 mil toneladas alcanzadas en el ciclo agrícola 2021.