Colombo. Una muchedumbre con quejas antigubernamentales tomó ayer por asalto la residencia y oficinas oficiales del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, lo que lo obligó a huir precipitadamente del lugar y, posteriormente, a anunciar su renuncia para el próximo miércoles, en momentos en que el país cruza la peor situación económica en su historia contemporánea.

Videos difundidos en redes sociales mostraron a los manifestantes deambulando por los salones del edificio de la época colonial británica, tumbarse en la cama del presidente, disfrutar de los jardines, beber té y algunos hasta se refrescaron en la lujosa piscina.

El mandatario pudo escapar gracias a que los soldados de su guardia dispararon al aire para abrirle paso. Poco después, las oficinas del mandatario, en el distrito administrativo, también cayeron en manos de los manifestantes.

Rajapaksa “me pidió que le informe al país que presentará su renuncia el miércoles 13, porque hay una necesidad de entregar el poder pacíficamente”, anunció el presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abey-wardena.

Una fuente militar declaró a la agencia de noticias Afp que “el presidente ha sido escoltado a un lugar seguro” bajo protección de una unidad castrense y que “aún detenta su cargo”. El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, primero en la línea de sucesión, también accedió a dimitir después de que los partidos en el Parlamento le exigieron a él y al presidente dejar sus cargos. Indicó que se irá una vez que se establezca un nuevo gobierno.

La residencial oficial del mandatario Gotabaya Rajapaksa, oficinas y casas de otros miembros del gabinete fueron ‘tomadas’ por ciudadanos para exigir mejores condiciones de vida en la nación considerada en bancarrota. En la imagen, las instalaciones recreativas de la casa presidencial. Foto Afp.

Su residencia privada también fue atacada y quemada. En un inicio no estaba claro si se encontraba en el lugar al momento del ataque.

La presión sobre ambos mandatarios creció a medida que la crisis económica desencadenó una grave escasez de artículos básicos, lo que ha causado que la población batalle para comprar alimentos, combustible y otras necesidades. El mes pasado, Wickremesinghe admitió que la economía del país había colapsado, y que las negociaciones del gobierno con el Fondo Monetario Internacional han sido complejas porque Sri Lanka entra en las conversaciones en bancarrota.

A las renuncias se sumaron la de los ministros de Transportes, Autopistas y Medios de Comunicación, Bandula Gunawardena; de Turismo, Harin Fernando, y Tierras y del Trabajo, Manusha Nanayakkara.

El jefe del Estado mayor de las fuerzas armadas, Shavendra Silva, llamó a la población a respaldar la seguridad. Al menos 34 personas, incluidos dos policías, resultaron heridas en estas protestas. Estados Unidos urgió a líderes de Sri Lanka a trabajar “rápidamente” para abordar el “descontento”.

Ayuda a mexicanos

Funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) recomendaron a los mexicanos en Sri Lanka que se mantengan alejados de las protestas y disturbios y que lleven consigo siempre una copia de su pasaporte o identificación con fotografía.

Con información de Arturo Sánchez