Ciudad de México. Con largas filas, aglomeraciones, saturación de unidades y usuarios que esperaron hasta media hora para abordar un autobús empezó el cierre de la línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, en el tramo de Observatorio a Isabel la Católica, como parte de los preparativos para la modernización que arrancará mañana de Salto del Agua a Pantitlán, con duración de ocho meses.

Por medio de altavoces y a gritos, policías y personal de distintas áreas del gobierno capitalino trataron de poner orden entre los pasajeros que, sorprendidos por el cierre de las estaciones, desconocían en qué fila formarse o dónde abordar uno de los 180 camiones de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) que prestaron el servicio de manera gratuita.

El operativo estuvo vigilado por efectivos del Ejército y de la Guardia Nacional y fue un ensayo para los pasajeros de lo que vendrá para la próxima semana. “Aquí preparándonos para el caos, lo peor viene el lunes”, y “vale más irnos acostumbrando porque esto va para largo”, fueron algunas de sus expresiones.

Las enormes filas fueron aprovechadas por el servicio de taxis tolerados Leones, que empezaron a dar servicio colectivo en la avenida Niños Héroes con destino a la terminal Tapo, San Lázaro o el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez por 70 pesos por persona y prometían que sólo abordarían cuatro pasajeros por unidad.

El sábado de compras en el Centro no fue el mismo; miles no supieron del cierre y estuvieron desorientados al buscar dónde abordar los autobuses de Pino Suárez a Tacubaya. Foto María Luisa Severiano.

En las estaciones Balderas y Pino Suárez, donde se registraron las mayores aglomeraciones, los pasajeros preguntaban al personal de apoyo dónde formarse para llegar a su destino. En la plaza San Miguel Arcángel, los trabajadores se desgañitaban: “¡hagan dos filas!”, “¡avancen, avancen!” , “¡conserven la fila!”, “¡no dejen huecos pa’que no se les metan a la fila!”

Alma Rosa Hernández, quien iba a Observatorio, dijo molesta que tuvo que formarse con su hijo que utiliza dos bastones para caminar sin que nadie le diera preferencia por su discapacidad.

La confusión de los usuarios consistió en que pensaban que el cierre sería a partir del lunes y no esperaban que este fin de semana no hubiera servicio de Observatorio a Isabel la Católica.

En el otro extremo, el mayor problema lo vivieron quienes debían continuar de Tacubaya a Observatorio, por lo que el personal de apoyo los enviaban a dos puntos distintos: sobre Arquitecto Luis Ruiz, a 150 metros, y el segundo a unos 360 metros, rodeando Castellanos Quinto y Observatorio hasta Jalisco, tras cruzar un puente peatonal subterráneo y otro elevado.

“Dijeron que iba a estar abierto”, reclamó Ana Rosa al policía en el acceso de la línea 1, quien le debió explicar, al igual que a decenas de personas más que mostraban sorpresa o enojo al encontrar la reja cerrada. “Es hoy y mañana, el lunes ya da servicio hasta Balderas”, e indicaba el camino para el servicio alterno o los accesos de las líneas 9 y 7 del Metro.