Ciudad de México. Moody’s Investors Service redujo este viernes de Baa1 a Baa2 la calificación de la deuda a largo plazo en moneda extranjera emitida por el gobierno mexicano, al advertir sobre una débil perspectiva de crecimiento de la economía nacional y un aumento en el costo de los pasivos del sector público.
La firma también modificó de “negativa” a “estable” la perspectiva de la deuda, lo que implica que al menos en los próximos 12 meses no anticipa un cambio en la calificación.
La nota actual aún se ubica dentro del llamado “grado de inversión” para los papeles valorados por la firma financiera, pero se encuentra a dos escalones de perder esa categoría. El anterior recorte de Moody’s a la nota crediticia de México fue el 17 de abril del 2020.
Apenas el miércoles de esta semana, Standard and Poor’s (S&P), la principal calificadora del mercado, mantuvo la nota de la deuda soberana de México y modificó la perspectiva de “negativa” a “estable”. S&P, Moody’s y Fitch son las tres principales calificadoras de riesgo a nivel global.
“Moody’s espera que la actividad económica continúe afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que impedirán revertir el impacto de la pandemia sobre la actividad.”
Añadió que el manejo de la política fiscal del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado lugar a un incremento moderado de la proporción de la deuda pública respecto del producto interno bruto (PIB). Sin embargo, apuntó, la carga de intereses ha sido consistentemente mayor que la de otros países calificados con Baa y “lo más probable es que aumente aún más debido al incremento de las tasas de interés”.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público sostuvo que a pesar de la baja en la calificación de la deuda soberana de México, el país mantiene una “posición robusta” en los mercados internacionales “y cuenta con amortiguadores financieros para enfrentar escenarios de riesgo global”.
Hacienda indicó que con la modificación de la nota a perspectiva estable, no prevé una nueva baja de calificación en lo que resta de la actual administración. Agregó que continuará comprometida con la fortaleza de las finanzas públicas y su deuda.
Moody’s expuso que la fortaleza fiscal de México se verá afectada de una manera cada vez más manifiesta por la mayor rigidez del gasto público asociada a la decisión del gobierno de mantener apoyos a empresas estatales como Pemex, aumentar erogaciones relacionadas con pensiones y mantener inalterados gastos de capital etiquetados.
También destacó que el gobierno mexicano tiene un “bajo nivel” de colchones financieros –en alusión a los fondos de reserva de las finanzas públicas, que han sido utilizados a lo largo de esta administración– debido a que los fondos de estabilización “prácticamente se han agotado”.
“En conjunto, estos elementos restringirán la capacidad de las autoridades para responder a choques durante los próximos años”, subrayó, a la vez que calculó que los apoyos gubernamentales a Pemex se mantendrán entre uno y 1.5 por ciento del PIB anual.
De las siete agencias que nos han evaluado, seis nos ratificaron y siete mantienen una perspectiva estable, señaló el subsecretario Gabriel Yorio en Twitter. Agregó que “México está entre los principales países emergentes con grado de inversión”.