Dos menores de edad originarios de Guatemala, que viajaban no acompañados en una camioneta de tres toneladas que se volcó la noche del martes en el tramo carretero Las Choapas-Ocozocoautla, están graves en un hospital de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, informaron fuentes de la Secretaría de Salud de dicha entidad. A su vez, activistas demandaron que se esclarezcan los pormenores del incidente, por estar implicados en él efectivos de la Guardia Nacional (GN).
La camioneta de tres toneladas en la que se desplazaban unos 30 migrantes se volcó la noche del martes, lo que dejó como saldo al menos 10 heridos. Un indocumentado que iba en el automotor dijo que elementos de la Guardia Nacional detuvieron la unidad y un agente lo condujo a exceso de velocidad, lo que causó el percance, y destacó que en una de las camionetas de los uniformados había latas de cervezas vacías.
En respuesta, la corporación informó que su Unidad de Asuntos Internos desplegó personal “para que de manera inmediata” investigue las quejas de que el percance fue culpa de sus efectivos.
El director del Centro de Dignificación Humana, Luis García, visitó Tuxtla Gutiérrez para contactar a familiares de los lesionados, consideró que “mínimo” las autoridades migratorias “debieron entregarles visas por razones humanitarias” a los lastimados, quienes fueron “víctimas de delito”.
En la Ciudad de México, el activista Rubén Figueroa afirmó que “es un poco confuso lo que pasó”, por lo que se deben esclarecer los hechos. A su vez, el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, conformado por más de 10 organizaciones, exigió atención médica digna a los heridos, que se les reconozca como víctimas, vías para que accedan a la justicia, y garantías para su bienestar físico y emocional.