El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la nacionalización de la industria eléctrica en Francia porque es parte de la revisión del modelo neoliberal cuyo agotamiento se precipitó por la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania. Es momento de “tomar medidas atrevidas para enfrentar la crisis, contar con el apoyo del pueblo para poder consumar o realizar esos cambios. Si no hay arrojo, no hay porvenir. Las circunstancias no están para gobiernos indecisos, blandengues”.
Destacó la determinación del gobierno de Emmanuel Macron, “es una buena medida”, la cual consideró una actuación con arrojo en un contexto de crisis mundial asociada a la pandemia y dicho conflicto. “Era inevitable la crisis del modelo aplicado, impuesto por décadas. Lo sabíamos. No se puede enfrentar una decadencia, un proceso de degradación progresivo si no es con una transformación”.
Recordó que esa medida se adoptó en México en la época del presidente Adolfo López Mateos, con el objetivo de garantizar la electrificación en todos los pueblos. Comparó esa decisión con la que se debe afrontar ahora con la necesidad de asegurar que en todo el territorio nacional haya Internet, toda vez que al sector privado no le interesa introducirlo en las comunidades aisladas porque no es negocio.
En este contexto, refirió que en cuanto entró su gobierno, se empeñó en el rescate de la Comisión Federal de Electricidad, que fue dejada en el abandono para priorizar a las empresas privadas. Este salvamento se realizó a pesar de “muchísimos obstáculos” de jueces y organismos autónomos creados para proteger intereses particulares. “El monopolio de la electricidad lo tenía, y todavía tiene mucha influencia, Iberdrola, que está siendo denunciada hasta en España, que antes era intocable”, agregó.
No se trata de asfixiar la inversión privada porque se requiere la participación empresarial en la economía, al igual que el sector público o social. Sin embargo, en sectores estratégicos el Estado debe asumir la rectoría y eso ya no se aplicaba o estaba satanizado en el periodo neoliberal, todo era dejar que el mercado, las empresas, se ocuparan de todo: del abasto de la electricidad, de gasolina, la salud, la educación, de las cárceles, del alumbrado público, de la recolección de basura, de las guarderías.