A 11 meses de la elección de gobernador en el estado de México, desde Palacio Nacional se rehizo un dardo almacenado, para con él advertir al amasijo de intereses que han dominado esa entidad, el grado de ataque que el partido Morena está dispuesto a lanzar para quedarse con la victoria en esa emblemática y hasta supersticiosa contienda (quien gana el Edomex gana la siguiente Presidencia de la República, suele decirse, con más gusto por el aforismo veloz que por el rigor estadístico).
Es un mensaje. Y el destinatario no es solamente Enrique Peña Nieto, sino la clase política mexiquense que pretende resistir, con su larga experiencia histórica en el manejo de arsenales tramposos, la aparente marcha victoriosa que desde ahora la demoscopía vaticina para Morena en una entidad de enorme peso económico y electoral, además del simbólico que le corresponde, cual sede que ha sido de grupos nefastos, como el llamado Atlacomulco (de inexistencia formal, pero presencia real).
Es un “detente”. Una estampita (el expediente de la muy oportuna Unidad de Inteligencia Financiera, UIF) para ser pegada al frente del sombrero de los morenos combatientes electorales de 2023 en el devastado campo mexiquense. Te lo digo, Enrique, para que lo entiendas, Alfredo. A Dios (de los votos) rogando y al gobernador Del Mazo avisando.
El consejo es casi de superación personal, de filosofía práctica: Tan plácida que es la vida para los que ayudan con su omisión, como para echarla a perder con indagaciones de u(i)fología (objetos voladores no necesariamente castigables). Nomás en España: Enrique Peña Nieto, hasta ahora como si nada, “respetado” en Palacio Nacional por no haberse metido en las elecciones de 2018; Quirino Ordaz en la embajada y Pavlovich en el consulado en Cataluña, como premio por practicar la expresión francesa de “dejar hacer, dejar pasar”, a la hora electoral.
¿De verdad la 4T se irá contra el “respetado” Peña Nieto, quien ayer mismo anunció que esclarecerá sus temas patrimoniales, siempre institucional, siempre “dentro de la legalidad”? ¿Será liberado más material de atenuación desde la videoteca encopetada? ¿La denuncia había sido detenida en su procesamiento por las puras pistolas de TortuGertz o porque hasta ahora conviene electoralmente retomarla? ¿Pablo Gómez englobó a Santiago Nieto en la generalización de la UIF anterior como parte de la corrupción? ¿Retornará Peña Nieto a la placidez madrileña, luego de algunos pases toreros y la benevolencia del juez de plaza, ya con el tendido tricolor apaciguado, forzadamente aceptante, ante la faena en curso del delfinato predestinado?
Otro priÍsta de élite, pero en pronunciado declive, seguía su estrambótica fuga hacia adelante en escenarios internacionales donde lanzaba proclamas y denuncias sin mayor resonancia real. Alejandro Moreno Cárdenas sólo suma rechazos, ayer mismo de una veintena de ex gobernadores priístas, atrevidos lanzadores de primeras piedras contra su congénere.
En las maromas del caso es importante advertir la pretensión de grupos priístas y de la coalición opositora al obradorismo de esparcir la versión de que es imprescindible botar del cargo a Alito para “limpiar” al PRI, como si las culpas históricas de ese partido y de sus principales personajes fueran adjudicables sólo a su pieza operativa más reciente, el políticamente desahuciado Alito.
Y, mientras el papa Francisco ha designado al maltés Joseph Spiteri como nuevo nuncio apostólico en México, de quien la Agencia Católica de Noticias destacó que “se significa como representante papal en zonas en conflicto” (antes Líbano, Sri Lanka y Costa de Marfil: https://bit.ly/3RimzyR ); tal nombramiento justo en el mes del máximo activismo clerical contra las políticas obradoristas de seguridad pública, ¡hasta el próximo lunes, con la Marina cerrando el control sobre el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, vicealmirante piloto aviador retirado, como director!
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