Ciudad de México. El consumo privado logró avanzar 1 por ciento en junio comparado con mayo, impulsado por el sector de los servicios pero arrastrado por el sector de alimentos, aseguró BBVA Research, área de investigación del banco.

De acuerdo con el indicador de consumo de BBVA, medido por la cantidad de transacciones de la institución, el sector de servicios logró despuntar 1.7 por ciento con respecto al mes inmediato anterior, pero el de alimentos se contrajo 2.8 por ciento en el periodo de referencia.

Expuso que dentro del segmento de servicios se tuvo un comportamiento diferenciado de los servicios asociados al turismo y entretenimiento, que continuaron con contracciones o crecimientos modestos.

En este sentido, puntualizó, el segmento de hoteles cayó 2.8 por ciento, la segunda caída consecutiva en el segundo trimestre del año, mientras que el de restaurantes creció 0.2 por ciento tras la contracción de 4.6 por ciento del mes anterior.

A su vez, el sector de entretenimiento se contrajo 10 por ciento, el peor desempeño desde enero y la pérdida de dinamismo del gasto en alimentos, por su parte, representa la mayor contracción desde junio de 2021, lo que sugiere afectaciones en el consumo derivadas de las presiones inflacionarias.

“El débil crecimiento de los servicios turísticos sugiere una recomposición de la demanda de los hogares hacia bienes y servicios de primera necesidad, en un entorno de niveles altos de precios y una política monetaria más restrictiva”, precisó BBVA.

Con respecto a las ventas por tipo de establecimiento, el gasto en tiendas físicas creció 1.6 por ciento tras la caída registrada el mes anterior, mientras que el gasto en establecimientos online se redujo 3.3 por ciento.

“Con la cifra de junio, el consumo en establecimiento en línea se posiciona 155 por ciento por arriba de su cifra previa a la pandemia, mientras que el gasto en establecimientos físicos se ubicó 33 por ciento por arriba de su nivel previo a la pandemia.

Así, el banco consideró que hacia adelante anticipa una gradual ralentización del consumo a medida que los hogares enfrentan mayores tasas de interés, en un contexto de elevada inflación a nivel mundial.

“Si bien el gasto de las familias se ha visto favorecido por una gradual recuperación del saldo de la cartera de crédito y el crecimiento continuo de la masa salarial, estos factores podrían perder dinamismo en los próximos trimestres ante el apretamiento de las condiciones monetarias y una menor demanda interna”, refirió BBVA.