Washington. Muchos padres cuestionan la necesidad de inocular vacunas rutinarias a sus pequeños. Los adultos también se están vacunando menos, incluso con inmunizaciones que cuentan con un largo historial de seguridad.
La tendencia llega en medio de una ola de desinformación sobre el covid-19 y las vacunas que ayudaron a frenar las muertes a causa de la pandemia.
“Preguntan si es realmente necesario, o si se puede administrar más adelante. No se trata de la mayoría de padres, pero estamos viendo un mayor número”, afirmó Jason Terk, portavoz de la Academia Estadunidense de Pediatría.
Los índices de inmunización rutinaria caen y aumenta la preocupación por el resurgimiento de enfermedades que se habían erradicado en muchas partes del mundo.
En Estados Unidos, el porcentaje de prescolares que cuentan con las inmunizaciones recomendadas ha bajado un punto hasta situarse en 94 por ciento durante el año lectivo 2020-21, lo que implica que cerca de 35 mil niños no están vacunados.
“Parece que el origen está en el rechazo hacia la vacunación contra el covid-19 y el incremento de la desconfianza hacia las vacunas y los organismos en los que hemos confiado para mantenernos sanos”, señala Terk.
Se han visto cambios en algunos estados, especialmente durante el pico de la pandemia: se ha producido una disminución de 47 por ciento en los índices de inmunización en Texas en bebés de cinco meses y un descenso de 58 por ciento en niños de 16 meses de edad entre 2019 y 2020.
La publicación científica Vaccine recoge una investigación que afirma que este descenso es el resultado de las restricciones del confinamiento y la exención de vacunas, pero también de “un movimiento antivacunas agresivo en Texas”.
El problema también aumentó de forma global. Un informe de Naciones Unidas del año pasado apuntaba que 23 millones de niños en todo el mundo no siguieron una rutina de inmunización en 2020. En las Américas, el porcentaje de niños totalmente inoculados cayó a 82 por ciento con respecto a 91 por ciento en 2016 debido a factores que incluyen la escasez de financiación, la desinformación sobre las vacunas y la inestabilidad.
Por otra parte, el laboratorio alemán CureVac demandó ayer a su rival BioNTech –que junto a la farmacéutica Pfizer crearon una de las principales vacunas anticovid– por una infracción a la propiedad intelectual por el uso de la innovadora tecnología del ARN mensajero.
Respuesta inmune
Mientras, un estudio de científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos sugiere que la respuesta inmune generada por la infección de coronavirus daña los vasos sanguíneos del cerebro y puede ser responsable de síntomas de covid persistentes.
El saldo global de la pandemia es de 6 millones 341 mil 848 muertes y 550 millones 905 mil 886 contagios, indicó la Universidad Johns Hopkins.