Los Ángeles. Hay un curioso triángulo amoroso que se encuentra en el centro del nuevo documental Fire of Love. Es entre un hombre, una mujer y un volcán. Bueno, todos las montes realmente.
Es posible que los nombres no sean especialmente conocidos hoy en día, pero en las décadas de 1970 y 1980, los científicos franceses Katia Krafft y Maurice Krafft fueron para los volcanes lo que Jacques Cousteau fue para los océanos. La pareja de casados viajó por el mundo durante unos 20 años en pos de sus estudios, capturando los espectáculos con cámaras de 16 milímetros y escribiendo de forma colorida sobre sus hallazgos hasta su muerte en 1991 en el monte Unzen en Japón. Ese día de junio, una corriente de gas y materia volcánica llamada flujo piroclástico se cobró 43 vidas, incluidas las de los Kraftt y el vulcanólogo Harry Glicken.
Sus muertes fueron cubiertas a escala mundial, pero su historia ha retrocedido un poco en la imaginación popular en las pasadas tres décadas, aunque Werner Herzog los destacó en su documental de 2016 Into the Inferno.
La cineasta Sara Dosa se topó con los Krafft mientras hacía una película anterior sobre Islandia. Los Krafft, que se unieron por primera vez sobre los montes Etna y Stromboli y se casaron en 1970, fueron testigos de unas 140 erupciones en todos los continentes excepto en la Antártida y ganaron un Emmy por su documental de National Geographic Mountains of Fire. Eran famosos por dejar todo para llegar a un volcán activo y, a menudo, eran los primeros en llegar al lugar. También eran conocidos por su disposición a acercarse peligrosamente.
Cuando la pandemia arruinó los planes de otro proyecto, Dosa recordó a esta fascinante pareja y las historias sobre sus cientos de horas de filmaciones hermosas de volcanes. “Tengo una curiosidad infinita y estoy fascinada por cómo los humanos dan sentido a la naturaleza no humana”, dijo Dosa. “Siento que pude ver eso en sus obras tan bellamente”.
Y se dispuso a hacer algo sobre los Krafft en el espíritu de los Krafft. Fire of Love, de National Geographic Documentary Films y Neon, se estrena hoy en los cines de Nueva York y Los Ángeles y en más ciudades en las próximas semanas.
Con la ayuda de Image’Est, una casa de archivo en Nancy, Francia, y el hermano de Maurice, Bertrand Krafft, Dosa y sus colaboradores pudieron obtener acceso remoto a más de 180 horas de metraje de 16 mm filmado por los Krafft y comenzar a reconstruir la historia juntos. Una línea escrita por Maurice Krafft en uno de sus libros ayudó a justificar algo que Dosa ya sabía: que se trataba de una historia de amor.
Inspirándose en la época en que los Krafft alcanzaban la mayoría de edad, Dosa y su equipo decidieron basarse en la estética de las películas de la nueva ola francesa para ayudar a informar el tono y el estilo de su película, incluidas pantallas divididas y zooms divertidos. Incluso sus escritos, indicó Dosa, le recordaban la narración de las películas de François Truffaut. Así que se inclinaron hacia el absurdo y la profundidad de este extraño triángulo amoroso con una narración “curiosa e inexpresiva” de Miranda July y una partitura original “retro-futurista” de Nicolas Godin del dúo musical francés Air.
“Era importante para nosotros, por supuesto, contar una historia que fuera objetiva, precisa y que reflejara sus vidas y experiencias vividas”, mencionó Dosa.
En otras palabras, Fire of Love es cualquier cosa menos una página de Wikipedia filmada. La película incluso comienza con créditos protagonizados por “Katia y Maurice Krafft”.
“Queríamos apoyarnos en esa idea de que se interpretaran a sí mismos desde una etapa temprana. Los vemos como los autores de su propio mito y esto como una especie de historia de amor mítica”, declaró Dosa. “Esta es una cocreación filmada y protagonizada por ellos. Simplemente estamos encadenando las piezas de su vida para que la audiencia se conecte.”