Los nuevos pedidos de productos manufacturados en Estados Unidos crecieron más de lo previsto en mayo, con lo que se contrarresta una serie de datos recientes que mostraron un debilitamiento de la economía y destaca que la demanda por productos sigue siendo fuerte pese a que la Reserva Federal (Fed) está endureciendo las condiciones financieras.
El Departamento de Comercio dijo el martes que los pedidos a fábricas aumentaron 1.6 por ciento en mayo, tras avanzar 0.7 por ciento en abril. Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que los pedidos de fábricas subirían 0.5 por ciento.
Otros indicadores han mostrado menos resistencia. El índice nacional de actividad fabril del Instituto de Gerencia y Abastecimiento se contrajo por segundo mes consecutivo, aunque una “abrumadora mayoría” de las empresas indicó que estaban contratando.
Esto se debe a un crecimiento moderado del gasto de los consumidores en mayo y a la debilidad de la construcción de viviendas, los permisos de construcción y la producción de las fábricas.
El sector manufacturero representa 12 por ciento de la economía estadunidense y se mantiene sólido gracias a la fuerte demanda por bienes, a pesar de que el gasto general gira más hacia los servicios. El banco central de Estados Unidos está tratando de enfriar el consumo para frenar la alta inflación.
El Departamento de Comercio también informó de que los pedidos de bienes de capital no relacionados con la defensa, excluidos los aviones, que se consideran una medida de los planes de gasto de las empresas en equipos, aumentaron 0.6 por ciento en mayo, en lugar de 0.5 por ciento comunicado el mes pasado.
El fuerte gasto de las empresas en bienes de equipo contribuyó a apuntalar la demanda interna en el primer trimestre, pese a que el producto interno bruto (PIB) se contrajo a una tasa anualizada de 1.5 por ciento durante el periodo.