Buenos Aires., El presidente argentino, Alberto Fernández, nombró anoche a Silvina Batakis ministra de Economía, en sustitución de Martín Guzmán, quien sorpresivamente renunció el sábado, en una decisión adoptada luego de haberse comunicado con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner y reuniones a lo largo de la jornada con Sergio Massa, quien preside la Cámara de Diputados.
El nombramiento de Batakis, quien fue titular de Economía en la provincia de Buenos Aires de 2011 a 2015 y es considerada cercana a la vicepresidenta, se conoció después de un pedido de todos los sectores del peronismo unidos en el gobernante Frente de Todos.
Guzmán presentó su renuncia, cuando la vicepresidenta hablaba en un acto en Ensenada, provincia de Buenos Aires, la verdadera “cuna” del nacimiento del peronismo, en homenaje al ex presidente Juan Domingo Perón fallecido el 1 de julio de 1974. En su discurso, Fernández de Kirchner respondió al presidente, en un enfrentamiento verbal, que viene desde hace meses.
Mencionó que muchas de las acciones del gobierno actual no respondían a los programas del peronismo y pidió establecer el Salario Básico Universal, a la vez que insistió en las graves consecuencias del bimonetarismo y otros temas de la economía, que “se acercaban más a las políticas del modeloneoliberal”.
Existía un debate público sobre la conducción gubernamental, que comenzó a partir de las críticas por los acuerdos firmados por Guzmán con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ante lo cual peligraba la unidad del peronismo con que se pudo vencer al gobierno derechista de Mauricio Macri en 2019,
Sin duda, la experiencia de Guzman, como discípulo preferido del célebre economista Josehp Stiglitz, lo ubicó como la figura que podía manejar las dificilísimas negociaciones con el FMI, entidad que prestó ilegalmente 45 mil millones de dólares al gobierno de Macri, a fines de 2018, dinero que junto con otros más de 80 mil millones de dólares fueron fugados al exterior.
La mayoría de los analistas coinciden en que el ex ministro es un economista muy importante, pero que le faltaba “espalda (experiencia) política” para solucionar el gravísimo problema social argentino.
Guzmán estaba sin salida en varios aspectos, pues se iba agravando la situación económica y, por otra parte, no parecía dar respuesta ante la urgente necesidad de redistribución de las ganancias, ya que aunque la situación económica mejoró, la producción creció con el aumento de las exportaciones y bajó el desempleo; sin embargo, la inflación, en este año con extraordinaios aumentos de precios de los productos básicos, alentados por las empresas procesadoras de alimentos ligadas a la oposición, golpea cada vez más a los sectores vulnerables, a los trabajadores, a la clase media más empobrecida, por lo que las demandas sociales ya son imparables.
Era imposible que no se produjera incertidumbre con un programa económico-social que se necesitaba resolver en forma urgente.
“Lo peor que nos puede pasar es estar divididos y darle oportunidad a un espacio político que no tiene en cuenta a todos los argentinos y quiere concentrar el poder en pocas manos”, dijo en la tarde Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, al referirse a Juntos por el Cambio, que fustiga especialmente por los medios de comunicación y la justicia que se ha transformado en un “partido judicial” de oposición.
Quintela, así como la Liga de Gobernadores recientemente creada para establecer un federalismo verdadero, sugieren debatir las diferencias en privado y hacen llamados, “a la necesaria unidad del peronismo”.
También las bases peronistas del kirchnerismo advierten focos rojos en la política exterior, a la que algunos consideran “dual”, así como otros aspectos que no responden al programa inicial del Frente de Todos.
Por su parte, la derechista coalición Juntos por el Cambio reclamó hoy “responsabilidad al gobierno para zanjar las divisiones internas” en un lenguaje curiosamente cuidado, pero sin asumir ninguna responsabilidad en la crítica situación en la que dejaron al país.
Algunos analistas advierten que la oposición insistirá en tratar de quebrar al Frente de Todos, ofreciendo su “apoyo” al presidente especialmente si rompía la unidad con su vicepresidenta, algo así como “tratar de meterse por la ventana” y cogobernar.
Finalmente, como muchos analistas esperaban, la crisis tocó fondo y resultó en beneficio del Frente de Todos para cambiar el rumbo económico, social, en favor de las mayorías populares y colocar a Argentina en una posición importante en las políticas de la región e internacionales.