Ciudad de México. Silvia Pinal, una de las últimas divas de la época de oro del cine nacional y destacada alumna de grandes maestros como Carlos Pellicer, Salvador Novo y Xavier Villaurrutia, será homenajeada en el Palacio de Bellas Artes, el 29 de agosto, por su trayectoria nacional e internacional en el séptimo arte, teatro y televisión.
Entre las actividades programadas por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y la Cineteca Nacional, habrá un conversatorio en torno a la presencia y aportaciones de la señora Pinal a esa etapa del cine mexicano, en el que participarán destacados críticos.
Asimismo, se tiene programado un ciclo en la Cineteca Nacional que incluirá la trilogía Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto, del 28 al 31 de agosto.
De la serie de televisión, Los que hicieron nuestro cine, de Alejandro Pelayo, se presentarán pasajes y entrevistas con la primera actriz, en las que se rememorará su trabajo en la primera de las películas mencionadas.
Asimismo, serán recreadas algunas de las principales obras musicales que la llevaron a la fama como productora, estrella y pionera del teatro de dicho género.
Intentos en la ópera
Silvia Pinal nació en Guaymas, Sonora, el 12 de septiembre de 1931. A muy corta edad, hija de un director de orquesta, sintió atracción por el ambiente artístico e intentó ser cantante de ópera, lo que la condujo a tomar clases y participar en Las hijas de Cádiz y en Madame Butterfly.
Su incursión en un concurso de belleza, en el que ganó el título de Princesa Estudiantil de México, la llevó a conocer a los actores Rubén Rojo y Manolo Fábregas, quienes la impulsaron a ingresar a la Escuela de Actuación del Inbal.
Tras debutar en comedias radiofónicas en la XEQ y luego de probar suerte como cantante de ópera, la novel actriz interpretó distintos papeles a principios de los años 50. Trabajó en la película Un extraño en la escalera (1954), del director argentino Tulio Demicheli, que participó en el Festival Internacional de Cine de Cannes.
Silvia Pinal tuvo un lugar preponderante en la vida artística de México, en la que se desarrolló como actriz de diversos géneros, en distintos escenarios y con elencos de actores tanto mexicanos como extranjeros, bajo la conducción de destacados directores, incluido Héctor Mendoza, con quien trabajó en la obra Ana Karenina.
La capacidad polifácetica de la también productora la condujo a ser elegida para participar en comedias cinematográficas, como El rey del barrio y La marca del zorrillo, al lado de Germán Valdés Tin Tan. Un rincón cerca del cielo, en la que compartió créditos con Pedro Infante, y Puerta joven, al lado de Mario Moreno Cantinflas.
Su amplio trabajo le permitió incursionar en diferentes ámbitos, lo que la hizo merecedora de innumerables reconocimientos, entre ellos el premio Ariel por su actuación en las cintas La dulce enemiga y Locura pasional, así como en el rubro de mejor coactuación por la película Un rincón cerca del cielo, hasta recibir en 2008 el Ariel de Oro.
Su popularidad se extendió a otros países. En España filmó cuatro cintas, en Italia llegó a producir y protagonizar una película, además de participar en coproducciones en Chile y Brasil.
Pionera en los musicales
Pionera de la comedia musical en México, en 1958 participó en Ring, ring llama el amor, que se presentó en el teatro del Bosque, montaje al que le siguieron los papeles protagónicos en Mame; Hello, Dolly, y Gipsy, en la cual actuó al lado de su hija Alejandra Guzmán.
A principios de los años 60 la actriz alcanzó mayor proyección internacional al protagonizar las películas Viridiana (1961), que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes a la mejor película y El ángel exterminador (1962), considerada una de las mejores cintas de todos los tiempos por The New York Times, dirigidas ambas por el cineasta español Luis Buñuel y coproducidas por Gustavo Alatriste.
El gobierno español la condecoró con la Orden Isabel la Católica por su contribución al mundo del cine. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, con sede en Hollywood, la consideró una de sus integrantes por su amplia y notable trayectoria y sus aportaciones a la industria cinematográfica.
Fue inmortalizada por Ricardo Ponzanelli en una de sus obras escultóricas y por Diego Rivera en un retrato de cuerpo entero, realizado en 1956.
El trabajo de Silvia Pinal seguirá vigente en el imaginario de las distintas generaciones que disfrutarán de su actuación en más de un centenar de cintas, y de todas sus producciones artísticas, en las que deja muestra de su extraordinaria visión, talento y profesionalismo.
El homenaje, que se realizará el 29 de agosto a 19 horas, en el Palacio de Bellas, estará abierto de manera gratuita a todas las personas que quieran expresar su reconocimiento y gratitud a la gran actriz.