Buenos Aires, Argentina. El nombre para el nuevo set de baterías que la marca sueca designó para tres de sus vehículos híbridos conectables, es T8. Uno que deja ver que los esfuerzos por mejorar prestaciones en los productos que integran su portafolio de electrificación, no solamente van enfocados a largos periodos de desarrollo para nuevas tecnologías; sino en mejoras sobre lo ya implementado.

Un claro ejemplo es el caso del paquete de baterías que anteriormente montaban en el sedán S60, así como los SUVs XC60 y XC90, todos ellos en sus versiones Recharge, que corresponden a la nomenclatura designada a sus Plugin Hybrids; mismos que fueron analizados para determinar la forma de incrementar el rango de autonomía para un modo de conducción puramente eléctrico, antes de interactuar con el motor de combustión.

Tras diversas pruebas y análisis, llegaron a la conclusión de que, con lo que pareciera ser una simple redistribución de los módulos al interior del paquete de baterías, conseguían más espacio para sumar celdas, que a su vez derivaron en el incremento de kilómetros de autonomía.

De acuerdo con información que la firma nórdica compartió, se trata de orientar estos esfuerzos hacia el objetivo de brindar una experiencia más limpia para sus clientes, mediante una conducción impulsada primordialmente por la motorización eléctrica de sus productos, antes de la intervención del motor a gasolina.

Lo anterior se debe al propósito de mantener el rumbo hacia el proyecto de la empresa, consistente en “convertirse en una empresa de movilidad eléctrica”, como lo comentó para La Jornada Raymundo Cavazos, CEO de Volvo Car México; toda vez que buscan alcanzar el 50% de las ventas con productos totalmente eléctricos llegado el año 2025, además del propósito para 2030, que consiste en vender únicamente productos eléctricos, y finalmente llegar a 2040 con huella de carbono neutra desde los procesos de producción en sus plantas, así como los procesos de sus proveedores, respetando toda la cadena suministro, de acuerdo con el directivo.

Gracias al set T8, el aumento de kilometraje exclusivo con motores eléctricos incrementó de 49 a 90 kilómetros para el S60, de 45 a 81 km en la XC60, y de 44 a 77 km para XC90, representando esto, incrementos de 84%, 80% y 75% respectivamente para cada uno de los productos. Lo anterior se traduce en menos del 50% de emisión de CO2 que antes.

Todo esto sumado a un mejor desempeño que entrega un rendimiento combinado entre ambas motorizaciones de 462 hp y 523 lb-pie de torque, obtenidos gracias al incremento del 65% de potencia y 29% de torque, como parte de las mejoras del tren motriz eléctrico; entre las que también cabe mencionar el sistema de conducción One Pedal Drive, para evitar el uso del freno, de manera tal que la frenada es gestionada por medio de la desaceleración al reducir la presión sobre el pedal del acelerador.

La sensación de manejo que brindó la experiencia tras el volante de ambas SUVs –XC60 y XC90– en la Patagonia Argentina, nos dejó con un muy buen sabor de boca por la potencia y ágil respuesta al arranque y recuperación; la forma en que se percibe el manejo en modo One Pedal Drive, en ningún momento se siente extraño y por el contrario parece fácil acostumbrarse al mismo, incluso sobre asfalto congelado por las bajas temperaturas en la Ruta 40, carretera que cruza Argentina de sur a norte.

Por su parte, congruente con lo ya acostumbrado entre las características de Volvo, no decepciona, concretamente en los materiales de primer nivel empleados en los interiores de cabina, así como el nivel de calidad que es perceptible en el ensamblado por la hermeticidad del habitáculo, y finalmente el diseño que de manera impecable portan sus vehículos como firma, hablando del lenguaje de diseño de la marca.