En su informe de situación financiera 2021-2022, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó un remanente de operación de 830 millones de pesos y una suficiencia financiara hasta 2035.
El reporte, entregado el pasado 30 de junio al Poder Ejecutivo y al Congreso de la Unión, señala que entre los riesgos más relevantes se encuentran la transición demográfica y epidemiológica que implica que el instituto atienda padecimientos cada vez más complejos y costosos, así como el crecimiento previsto de la nómina asociada con el Régimen de Jubilaciones y Pensiones.
La pandemia tuvo un gran impacto en las finanzas institucionales derivado tanto del incremento en la demanda de prestaciones económicas como de los servicios médicos y hospitalarios relacionados con la atención de covid-19.
No obstante, el gasto requerido fue atendido con cargo al presupuesto autorizado, mediante la reorientación de recursos y procurando el equilibrio financiero que permitiera garantizar el cumplimiento de las obligaciones que establece la Ley del Seguro Social.
El balance actuarial refleja que los seguros de riesgos de trabajo y de invalidez y vida presentan un superávit, es decir, se estima que sus ingresos serán suficientes para financiar sus gastos y que, por lo tanto, sus primas de financiamiento también son suficientes.
En contraste, para el seguro de enfermedades y maternidad en sus dos coberturas (asegurados y gastos médicos para pensionados) el balance actuarial arroja un resultado deficitario.
Durante el periodo que se reporta, el IMSS ofreció más de 418 mil consultas médicas diarias (de las cuales 40 mil fueron por urgencias), tuvo alrededor de 5 mil 400 egresos hospitalarios y realizó casi 3 mil intervenciones quirúrgicas y más de 715 mil análisis clínicos. Lo anterior significó un incremento de 25 por ciento respecto a 2020.