Desde hace algunos meses, las autoridades ya no están remitiendo niños y adolescentes migrantes no acompañados a los albergues de la Iglesia católica y de la sociedad civil, alertó la religiosa María Magdalena Silva Rentería, coordinadora de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem), la cual cuenta con 27 albergues en el país.
La defensora de derechos humanos expresó su preocupación por el paradero de los infantes y adolescentes, que antes eran canalizados por las autoridades migratorias a estos espacios a fin de no enviarlos a estaciones migratorias. Temen que estén siendo “captados por el crimen organizado”. Además, “no se ha acabado la colusión con autoridades”.
Comentó que otra alarma son las constantes llamadas de familiares que preguntan por sus niños. “Me dicen: ‘hermana, por favor, me han dicho que usted me puede ayudar’. Los niños no están en las estaciones migratorias ni en los CAS (centros de asistencia social del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia), y eso es sólo de los casos que nos enteramos”.
Tras señalar que la Redodem recibe a mujeres, infantes y adolescentes, entre ellos a los no acompañados, detalló que han tenido niños de cuatro a 11 años y adolescentes de 12 a 17 años, que proceden, principalmente, de países centroamericanos.
“En febrero-marzo, los niños empezaron a no llegar a nuestros espacios, ya no los canaliza (el Instituto Nacional de) Migración”, que era la instancia que los detenía, “aseguraba, dicen ellos, en alguna parte del país, y en vez de llevarlos a las estaciones migratorias, nos los remitían por medio de la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (del DIF).
“Aunque ya llegaban con orden de deportación o retorno asistido, como le dicen, nosotras todavía teníamos la posibilidad de gestionar una revocación de la deportación, y nos la permitían, eran flexibles. Eso nos posibilitaba que los chicos se quedaran un tiempo, en el cual platicábamos con ellos, contactábamos a sus familiares en sus países de origen, en Estados Unidos, y veíamos con una organización internacional que nos ayudaba a hacer procesos de reunificación familiar. Esto nos funcionó mucho tiempo. De enero a marzo tuvimos la dicha de reunificar a unos 35 niños”.
En entrevista indicó que instancias de derechos humanos estiman que “más o menos entre 100 a 300 niños y adolescentes atraviesan la frontera a diario”. Explicó que con base en los relatos de los adolescentes, saben que “un coyote que trae a un niño desde su país de origen hasta entregarlo a un familiar en Estados Unidos cobra entre 12 y 13 mil dólares. En ese trayecto es pagar y pagar cuotas, no sólo a autoridades, también al crimen. Cuando se les acaba el dinero, los dejan”.
Han abordado estas situaciones con las “autoridades pertinentes”, y exigen que se investigue para saber dónde están los infantes y adolescentes no acompañados.