No hay equipo que esté exento de la falta de goles. El América puede dar fe de ello después de empatar 0-0 con el Atlas, actual bicampeón del torneo mexicano, en un partido pasado por lluvia en el que hizo méritos para salir ganador, pero no le valió ninguno de sus ataques.
El primer desafío que afrontó el técnico Fernando Ortiz, en su reencuentro con un estadio Azteca que reunió a poco más de 15 mil aficionados, era verificar que su equipo podía superarse a sí mismo tal como lo había planificado. Que podía mudar de piel, cambiando jugadores sin afectar el resultado.
En esa búsqueda lo más peligroso surgió de los pies de Roger Martínez, autor de dos remates que rozaron el poste de la portería de los visitantes antes de salir lesionado. A falta de un socio a su altura como el uruguayo Jonathan Rodríguez, quien no fue convocado para este partido, el colombiano se apoyó en el joven Román Martínez para atacar los puntos débiles de un rival casi dormido.
Lejos estuvo el Atlas de su intensidad conocida. Mientras Julián Quiñones se revolvía para controlar la pelota, el resto de los rojinegros batallaba para detener los avances americanistas. Diego Valdés, del lado de los de Coapa, tuvo algunas ideas, pero la mayoría de ellas terminaron en remates desviados de Román Martínez y Alejandro Zendejas.
El complemento no fue distinto, porque el juego de los bicampeones siguió extraviado. Presionaba el técnico argentino Diego Cocca, pero la ausencia de un referente como Julio Furch descolocó su manera de ir al frente. En las tribunas el fastidio se hizo evidente: silbidos, aficionados tomándose la cabeza y mirando al cielo por la falta de goles. No hubo épica que apaciguara esta noche triste. Con un punto, las Águilas y los Zorros cerraron su primer capítulo de frustración.