Villa de Zaachila, Oax., Tras dos años de suspension debido a la pandemia ocasionada por el covid-19, este mes de julio regresa la máxima fiesta de los oaxaqueños, la Guelaguetza 2022 se efectuará y miles de personas abarrotarán el auditorio del Cerro del Fortín para poder observar las costumbres y tradiciones de diversas localidades indígenas de la entidad.
Una de las más representativas y que nunca puede faltar es la Danza de la Pluma, misma que representa a la región de Valles Centrales y que evoca la conquista, dependiendo de qué municipio sea quien presente esta danza, son los participantes, sin embargo, siempre está presente Moctezuma, el último emperador azteca acompañado de otros bailarines.
Ante el regreso de esta importante representación, Ivan Cruz López, originario de la Villa de Zaachila, comunidad zapoteca conurbada a la capital del estado, una de las localidades que se presenta en la rotonda de las azucenas para presentar la Danza de la Pluma, continúa con la elaboración de penachos, mismos que los danzantes lucirán durante la festividad.
El taller de plumario, Buidoo Xtera Duub que significa en zapoteco de Zaachila “La espiritualidad de la pluma”, surge debido al amor por su comunidad y el rescate de tradiciones, pues según cuenta Cruz López él comenzó a investigar la técnica de entorchado de pluma y descubrió que ésta existió en Zaachila, sin embargo estuvo perdida por casi 40 años, por lo que se embarcó en una búsqueda para aprender esta tradición para la creación de los penachos que se utilizan en esta danza.
Después de conseguir que un amigo le enseñara lo básico, tras lo cual el comenzó a realizar los penachos, buscando información por su cuenta, experimentando y sobre todo, siguiendo el patrón de los penachos de la Villa de Zaachila, explicó que en Buidoo Xtera Duub la elaboración de estas artesanías es algo de mucho compromiso y seriedad, por lo que el acuerdo con quien solicite un penacho es de palabra, sin la necesidad de firmar ningún tipo de contrato, pues la palabra es lo que más vale.
La elaboración de cada pieza, dijo, es largo, pues inicia con la recolección de las plumas, el teñido, el deshidratado de carrizo, el encerado del hilo, pero además, se busca a otros artesanos que también tienen parte en el proceso, como es el caso de los metalisteros, este trabajo puede tardar hasta seis meses, sin embargo al contar con todos los materiales, se pueden crear nueve penachos en un lapso de dos meses.
Específicó que los penachos que se elaboran para los danzantes de Zaachila tienen tres colores principales, que son el verde, blanco y rojo, además de algunos remates en color rosa, morado, doble bandera y la de Moctezuma, cuya corona se distingue por llevar un águila devorando una serpiente sobre un nopal.
Indicó que el proceso de construcción requiere principalmente de mucha paciencia por lo complicado que es, “nosotros ocupamos dos técnicas para elaborarla, que es la técnica de pluma de flor y el entorchado de pluma, tejemos manualmente la pluma”, tan sólo la corona tarda de dos a tres días en armado.