Aunque el tema de la migración indocumentada se ha abordado en diversas reuniones en los pasados 40 años, no se ha llegado a ningún acuerdo para resolver ese problema porque Estados Unidos, México y Centroamérica “no han tenido el valor” para analizarlo como fenómeno regional, que ocurre a ambos lados del río Bravo, señaló el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar.
Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, señaló que el probable fin del programa Quédate en México –anunciado por la Corte Suprema estadunidense– permitiría a esta administración impulsar programas de movilidad “ordenada y segura”, que evite tragedias como la ocurrida en San Antonio, Texas.
En un acto realizado ayer para celebrar el 246 aniversario de la independencia de Estados Unidos, Salazar admitió que los grupos del crimen organizado que trafican con personas operan en ambos lados de la frontera, y aceptó que el tema de la migración indocumentada sigue siendo un asunto pendiente debido a la inacción de los gobiernos de la zona.
Un problema de esta magnitud, aceptó el embajador, no puede ser resuelto por Estados Unidos, México o Centroamérica por separado, por lo que aseguró que el gobierno de Joe Biden impulsará un compromiso con los países latinoamericanos de “hacer esto de manera regional, porque nomás así podemos tener éxito”.
Salazar agregó que “estas redes criminales son personas y organizaciones que deberían estar en las cárceles de Estados Unidos y de México, porque hacen su trabajo en los dos lados de la frontera. Tenemos mucho trabajo que hacer en adelante”.
Cuando se le preguntó si sabía de avances en la indagatoria del caso San Antonio, el diplomático sólo respondió: “No voy a comentar eso. Están bien comprometidos los dos gobiernos para hacer toda la investigación, pero el punto grande es que tenemos que actuar y tener éxito”.
Velasco afirmó que las autoridades del país “toman nota” de la eventual desaparición de Quédate en México, no sólo por el anuncio de la Corte Suprema de Estados Unidos, sino también porque el Departamento de Seguridad Interior de ese país anunció en un comunicado que buscaría el fin de dicho esquema.
Aunque aclaró que el programa continuará mientras se define su destino, el funcionario subrayó que su terminación permitiría a México enfocarse “en nuestra prioridad, que es el establecimiento de programas de movilidad regular, ordenada y segura, que permitan que la gente vaya a Estados Unidos de forma distinta a lo que está pasando hoy, que desafortunadamente lleva a grandes tragedias”.