El costo de subsidiar el precio de las gasolinas para evitar incrementos abruptos al consumidor final se disparó mil 51 por ciento en mayo respecto de abril a medida que el gobierno federal no sólo renuncia a cobrar los impuestos especiales a la importación de los combustibles, sino que también mueve recursos de otras bolsas, como parte de su estrategia para amortiguar la inflación, según datos oficiales.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público reportó este jueves que en mayo destinó 12 mil 154.5 millones de pesos para evitar que el precio de los combustibles aumentara, cifra por arriba de los mil 55.9 millones registrados en abril y los 285 millones de pesos de marzo, cuando los ingresos por el impuesto especial sobre producción (IEPS) en gasolinas y diésel pasaron a ser subsidios y, para sostenerlos, requerir la inyección de recursos de otras bolsas.
El fisco federal no sólo ha renunciado a los ingresos que tenía previstos por la importación de gasolinas, los financia con otros recursos e incluso compensa el IEPS estatal, que siguen cobrando los gobiernos locales. Entre marzo y mayo, el costo directo de frenar el precio de los combustibles ha sido de 13 mil 495.4 millones de pesos para la hacienda pública federal. Por el contrario, en el mismo periodo las entidades reportaron ingresos de 4 mil 68.4 millones de pesos por el mismo concepto.
Esta tendencia acumulada a lo largo de 2022, llevó a que la recaudación por IEPS –sumado federal y estatal– se hundiera 92.2 por ciento, respecto al periodo comparable de enero a mayo del año pasado, al pasar de 113 mil 39.9 millones de pesos a 9 mil 428.7 millones de pesos.
Hacienda detalla que el IEPS federal a combustibles acumula un ingreso de 641.3 millones de pesos, 99.4 por ciento menos que entre enero y mayo del pasado; mientras la parte de recaudación que queda en estados suma 8 mil 787.4 millones de pesos, 24.5 por ciento por debajo de lo registrado en 2021.
Una cosa es cuánto pensaba recaudar el gobierno federal por el impuesto, recurso al que renuncia para reducir la carga tributaria a la cadena económica que implica llevar un litro de gasolina de la refinería donde se produce hasta la estación final donde se despachará y otra son los subsidios, pagar para evitar que avance el precio. La jefa del Servicio de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro, advirtió que su frenar el incremento en combustibles puede representar 400 mil millones de pesos.
El impuesto está perdiendo fuerza para los consumidores finales, pues la gasolina en lo que va de 2022 es casi 80 por ciento más alta que la inflación, y además de renunciar a su cuota, el Estado está absorbiendo casi un tercio del precio real de los combustibles y subsidiando todos los costos intermedios que tiene una gasolina, como el traslado, importación y comercialización. (https://bit.ly/3NDFu42).
El Informe de Finanzas Públicas detalla que en suma, los ingresos del sector público aumentaron 4 por ciento en el acumulado de enero a mayo, los petroleros crecieron 26.9 por ciento también a tasa anual y los no petroleros apenas 0.1 por ciento, debido a menores entradas por aprovechamientos.
Como parte de los ingresos no petroleros, la recaudación se vio impulsada por el ISR, que avanzó 15.5 por ciento luego de las reformas a esquemas abusivos de subcontratación, el IVA se estancó con un crecimiento de cero, y el IEPS completo –ya integrado el que se cobra a cigarros y comida con alto contenido calórico– se redujo 54.4 por ciento.