Poco conocida y programada rara vez en los escenarios del mundo, la cantata escénica Catulli Carmina, de Carl Orff (1895-1982), será presentada en México en dos funciones gratuitas, la primera este viernes y la segunda el domingo 3 de julio, en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.
El montaje –en el que participan 26 cantantes, 20 bailarines y 11 músicos– es resultado de la colaboración entre Solistas Ensamble y el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), así como el Ensamble de Percusiones de la Orquesta Escuela Carlos Chávez. Participan, asimismo, los pianistas Fernando Saint Martin y Érick Fernández, con la dirección concertadora de Christian Gohmer.
Estrenada en 1943, esta obra es la segunda parte del tríptico musical Trionfi, escrito por el compositor alemán entre 1936 y 1953, al cual pertenecen la famosa Carmina Burana y Triunfo de Afrodita. Su escenificación en el país más reciente fue en 1995, como parte del Festival Internacional Cervantino.
“Catulli Carmina es tan valiosa y tan interesante como Carmina Burana; a diferencia de ésta, no se basa en textos medievales, sino en unos más antiguos, del poeta latino Cayo Valerio Catulo, que tratan sobre el amor y el desamor que Catulo tiene con Lesbia”, señala Chistian Gohmer.
Según el director de orquesta, titular de Solistas Ensamble, esta pieza se resume en que los jóvenes protagonistas creen en “el para siempre” y deben enfrentarse a la visión que al respecto tienen los ancianos: “Es un diálogo entre jóvenes y viejos: unos defienden el amor mientras los otros se burlan”.
En entrevista, explica que para Catulli Carmina, Carl Orff se inspiró en la orquestación de Las bodas, de Ígor Stravinsky, conformada por cuatro pianos, orquesta de percusiones, coro y solistas, y, en términos musicales, la considera un distanciamiento y al mismo tiempo una continuación de Carmina Burana.
“La separación se da en el tamaño de la orquestación. Tímbricamente son muy distintas; una orquesta de percusiones y pianos difiere mucho de una gran orquesta con un gran coro. En lo que hay continuidad es en el sentido de lograr una sonoridad con reminiscencias antiguas”, precisa.
“Carmina Burana pretende darnos una sensación de la música medieval, sin necesariamente serlo. Lo mismo sucede con Catulli Carmina. Carl Orff pretende evocar lo que imaginó que pudo haber sido la música en la antigua Roma, lo que logra haciendo énfasis en el no uso de compases en la mayor parte de la obra. Escribió sobre la acentuación del texto, como se hacía antes de la época medieval, cuando aún no existía la notación por compases.”
Según Christian Gohmer, esta obra nació con no tan buena estrella debido a su contexto histórico: “Carl Orff fue un compositor un tanto censurado después de la Segunda Guerra Mundial, porque se le asoció al régimen nazi. Actualmente, hay mucha discusión entre los historiadores musicales de si estaba asociado o no a él”.
Otros factores de su poca difusión tienen que ver con la dificultad de su ejecución; algunos especialistas han especulado que tiene que ver con la procacidad de sus textos, aspecto desestimado por el director de orquesta al recordar que Carmina Burana tiene textos aún más procaces.
Las funciones serán hoy a las 20 y el domingo a las 18 horas, en el recinto ubicado atrás del Auditorio Nacional.