Los empleos en los que se desempeñan mexicanos que se van a Estados Unidos a trabajar se han diversificado. Hace tres décadas se concentraban básicamente en el sector agrícola, pero actualmente se han expandido a las ciudades, donde laboran mayoritariamente en la construcción, minería y fabricación de maquinaria, así como servicios de comida, señaló la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Patricia Pozos Rivera.
También se dedican a laborar en edificios y viviendas, en escuelas y lavado de coches. “Siguen haciendo lo que llaman las 3D: dirty, dangerous and difficult (sucio, peligroso y difícil)”, expuso.
Enfatizó que los “indocumentados son considerados fuerza de trabajo sin calificación; sin embargo, son fundamentales para la economía estadunidense”.
No obstante, también subrayó que quienes viajan a Estados Unidos a trabajar en busca de mejores condiciones de vida, generalmente lo hacen en los sectores más desfavorecidos, con bajos sueldos, escasas o nulas prestaciones sociales y con gran explotación.
La economista detalló que hasta 2020 un 5.15 por ciento de los migrantes mexicanos, especialmente los jóvenes, se concentraron en el sector primario.