Día histórico: mañana el presidente López Obrador inaugura las instalaciones y dará el banderazo de salida de las prácticas para la operación de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, la primera en construirse en 43 años (la más “joven” del Sistema Nacional de Refinación data de 1979), con lo que se acorta la distancia para retomar la autosuficiencia en combustibles, misma que en 1990 canceló Carlos Salinas de Gortari, entonces inquilino de Los Pinos, al abrir de par en par las puertas a la importación masiva de gasolinas y diésel.
Así, sumarán ocho las refinerías mexicanas en operación (se incluye Deer Park) que fortalecerán la soberanía energética y abastecerán al mercado nacional con combustibles mexicanos. Como se ha comentado en este espacio y de acuerdo con la Secretaría de Energía, en enero de 1990 por primera vez México importó gasolina: 16 mil barriles por día, volumen que al finalizar el sexenio salinista creció hasta 39 mil barriles (cerca de 145 por ciento de aumento). En el caso del diésel, su adquisición foránea comenzó en diciembre de 1995, con Ernesto Zedillo en Los Pinos: alrededor de 13 mil barriles por día, justo cuando la importación de gasolina había crecido cerca de 85 mil barriles (volumen 2.2 veces mayor al legado por Salinas de Gortari).
Cuando Vicente Fox se instaló en Los Pinos nuestro país ya importaba 107 mil barriles diarios de gasolina y 30 mil de diésel, y al pasar la batuta a Borolas el volumen ascendía a 171 mil barriles por día, cantidad que, a su vez, Calderón incrementó a 530 mil barriles de gasolina y 199 mil de diésel, solo para que Peña Nieto lo elevara a 615 mil y 262 mil barriles, respectivamente. Solo con estos tres personajes México gastó alrededor de 262 mil millones de dólares en importación de combustible.
De Salinas a Peña Nieto la importación de gasolinas se incrementó 3 mil 800 por ciento y la de diésel 2 mil 15 por ciento. El periodo de mayor aumento en este renglón fue el de la docena trágica panista (Fox y Calderón). En cambio, de acuerdo con la Secretaría de Energía, en los primeros tres años del presente sexenio la importación de gasolina se redujo en alrededor de 45 por ciento y la de diésel en cerca de 67 por ciento.
En la mañanera de ayer el presidente López Obrador explicó que “el propósito es que el año próximo podamos procesar toda nuestra materia prima y no comprar gasolinas ni diésel (en el extranjero), porque estamos previendo que se va a prolongar la crisis de precios altos en combustibles, porque no hay capacidad suficiente de refinación en el mundo, se dejó de invertir en refinerías. Influyó, ya lo dije, no fue eso lo decisivo, pero sí influyó, el hecho de que se pensaba que iba a avanzar más rápido la transición energética, que ya no se iba a necesitar el petróleo, que los carros eléctricos iban a predominar, que ya no se iba a consumir petróleo y entonces… Además, vino la pandemia, se cae el precio del petróleo, muchas refinerías se pusieron en venta. Por eso compramos la de Deer Park o la parte de las acciones, porque fue una buena compra, o sea, este año prácticamente ya se obtiene lo que se destinó para comprarla, porque ahora refinar es un gran negocio”.
Dejaron de invertir en refinerías, apuntó, “y ahora es un doble problema, porque hay que sacar petróleo. Ayer estaba yo leyendo que el señor Buffett, de estos multimillonarios, ya está de nuevo invirtiendo en petróleo. Entonces, no sólo hay que extraer petróleo para cubrir la demanda, sino que hay que refinarlo, porque no se le puede poner petróleo crudo a los carros. Entonces, nosotros tenemos posibilidad de refinar toda nuestra materia prima en 2023, el año próximo. ¿Por qué el año próximo? Porque vamos a tener ya completamente terminadas las obras de modernización de las seis refinerías que existen. Desde que llegamos hemos invertido como 40, 50 mil millones de pesos. Fue también un acierto, porque si las hubiésemos dejado como estaban, pues estaríamos procesando 20 por ciento de su capacidad de estas refinerías; las encontramos en 30 por ciento y ahora las tenemos al doble y las vamos a llevar a más de 80 por ciento”.
Las rebanadas del pastel
Se informa que un equipo de la Fiscalía General de la República se trasladó a Texas para investigar la muerte de al menos 51 personas (entre ellas 27 mexicanos) dentro de un tráiler. Bien, pero no vaya a ser que la FGR crea que se trata del caso Lozoya, porque entonces tal indagatoria nunca llegará a buen puerto.