La magistrada Lilia Mónica López Benítez afirmó que para consolidar un Estado constitucional y democrático de derecho, la impartición de justicia debe estar cimentada en el respeto de los derechos humanos y en una efectiva separación de poderes.
Ayer se llevó a cabo la sesión solemne donde el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), Arturo Zaldívar, le entregó la credencial y distintivo como nueva integrante del CJF.
Al respecto, López Benítez señaló que responderá a los retos de su función: “En un mundo de constante transformación, es fundamental la redefinición de lo político y lo social que se materializa en los nuevos paradigmas constitucionales”.
Dijo que la impartición de justicia es el punto fundamental “de nuestra misión” para responder al mandato constitucional de una justicia pronta, completa e imparcial bajo una óptica de sensibilidad humana y con perspectivas tendientes a la igualdad sustantiva.
Expresó que tiene vocación por las causas sociales y desde el Consejo de la Judicatura, aseveró, apoyará las acciones para que quienes juzgan se comprometan con el interés superior de la niñez, la diversidad sexual, las condiciones de los pueblos y de comunidades indígenas y afromexicanas, de las personas en situación de discapacidad y migrantes, la paridad de género, entre otras que orientarán su función desde le órgano de gobierno. “La igualdad de género es una máxima constitucional y la sociedad espera una justicia que atienda las condiciones estructurales y específicas en que se desarrolla la vida de las mujeres”.
Añadió que su compromiso también incluye delinear y ejecutar políticas públicas judiciales que atiendan a una nación pluricultural, “nuestro país es un mosaico con 68 lenguas maternas y 364 variantes lingüísticas que, en su contenido cultural específico, requieren de una justicia cercana que entienda su cosmovisión y haga efectivos sus derechos humanos”.