Moscú. Rusia va a confirmar, en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que este martes comenzó en Madrid, que las tropas de la alianza noratlántica estarán cada vez más cerca de sus fronteras, exactamente lo que quería evitar al lanzar su campaña militar en Ucrania.
La expansión de la OTAN hacia el este continúa: Turquía, tras obtener alguna concesión importante por parte de Estados Unidos y promesas de los países escandinavos afectados, cedió este martes y levantó su veto al ingreso de Finlandia y Suecia, anuncio que este miércoles se hará oficial en Madrid, de acuerdo a lo que adelantó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Además, la OTAN ya tomó la decisión de emplazar, de forma permanente y en estado de alerta, 300 mil soldados, en lugar de los 40 mil que tiene ahora, en las puertas mismas de Rusia.
Ampliación doble –dos nuevos miembros, que duplican las fronteras del bloque con Rusia, y casi 10 veces más soldados al lado–, aunque el procedimiento de ratificación en los treinta miembros de la alianza noratlántica se llevará un tiempo en el que Turquía puede sacar más beneficios a su buena voluntad de no entorpecer la entrada de los escandinavos.
No extraña, por tanto, que el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, haya afirmado este martes: "La OTAN es un bloque de corte agresivo. Es un bloque que se creó con fines de confrontación y, al cumplir las tareas fijadas desde su origen, sigue demostrando su esencia: acercar la infraestructura militar de la OTAN a nuestras fronteras".
Para el Kremlin, este cumbre de la OTAN, que colgará a Rusia el sambenito de amenaza en el peor lenguaje de la Guerra Fría, es un paso más hacia un eventual enfrentamiento armado, lo que podría derivar en hecatombe nuclear.
Lo dijo en Bakú, Azerbaiyán, hace cuatro días el canciller Serguei Lavrov, cuando denunció que “los países de la UE (Unión Europea) y de la OTAN están preparándose para una guerra con Rusia” y lo reiteró este martes en Asjabad, Turkmenistán: "Desde hace mucho, antes de cualquier cumbre de la OTAN, de una u otra manera se declaró enemiga a Rusia”.
Según el jefe de la diplomacia rusa, “los políticos occidentales nos consideran sus enemigos sólo porque no queremos estar de acuerdo con el orden neoliberal que Estados Unidos, después de someter a todo el mundo occidental sin excepción, pretende imponer a los demás bajo sus propias reglas”.
Y para colmo el reciente incidente con Lituania, que cerró parcialmente el tráfico de mercancías entre el enclave ruso de Kaliningrado y el resto de Rusia –en realidad dentro de un mismo país, aunque la Unión Soviética se quedó como compensación por la agresión de la Alemania hitleriana con la antigua capital de Prusia, Königsberg–, se convirtió en un nuevo factor de tensión que aleja aún más a Moscú de Bruselas y, si se sale de control, puede devenir una crisis equiparable a la guerra indirecta que libran en Ucrania.
En los últimos días, algunos políticos y diputados rusos han insinuado una “respuesta contundente” a Lituania si no levanta las restricciones, y no faltan quienes, no vale la pena ni mencionarlos, sostienen que estamos ante un casus belli.
Creen que la solución sería ocupar, mediante otra “operación militar especial”, los 65 kilómetros de territorio lituano que separan a Kaliningrado de Bielorrusia en el llamado corredor de Suwalki (en honor de la homónima ciudad polaca), pero pasan por alto que se trata de un país miembro de la OTAN y tal vez nadie, en su sano juicio, se atreva aquí a jugar con la posibilidad de provocar un conflicto nuclear.
Lituania, contra las recomendaciones de la UE aparentemente no quiere levantar la prohibición, lo que algunos analistas rusos califican de intento de “demostrar” que es necesario fortalecer con más tropas y armamento el flanco oriental de la OTAN.
El Kremlin no ha decidido cuál será la respuesta. El asesor presidencial de política exterior, Yuri Ushakov, señaló que “se está estudiando” y la portavoz de la cancillería, María Zajarova, afirmó que ésta “no será diplomática, sino práctica”.
Mientras se soluciona esta nueva controversia, Bulgaria anunció este martes que expulsará a 70 diplomáticos y empleados de misiones rusas que “llevaban a cabo actividades contrarias a los intereses de seguridad” del otrora país aliado.
Bomberos y soldados buscan sobrevivientes entre los escombros de un centro comercial en la ciudad ucrania de Kremenchuk luego que un misil mató a por lo menos 18 personas en un ataque condenado por Naciones Unidas y Occidente. Vía Graphic News.