El Rosario, Sin., Siete familias se resisten a abandonar Santa María de Gracia, pueblo que será inundado con la construcción de una presa. Unas no quieren habitar las viviendas que sustituirán las que quedarán bajo el agua, y a otras no se las han otorgado, dio a conocer el comisario ejidal Leónides García.
La comunidad de Santa María de Gracia, ubicada en la Sierra de los Altos del municipio El Rosario, data del siglo XVI; perteneció a la alcaldía de Maloya (pueblo minero) y tuvo presencia de los misioneros franciscanos. Actualmente está desolada.
Unas 50 familias evacuaron ya sus casas y las desmantelaron para llevarse tejas, láminas, ventanas, puertas y plantas de ornato a sus nuevos hogares, ubicados en la localidad llamada Los Otates, distante cinco kilómetros.
Grupos de vecinos regresan a sus casas para llevarse lo que les puede servir, como varas, madera, alambre de púas, pero aún quedan gallinas, patos, perros y gatos que empiezan a morir por falta de alimento.
Leónides García dijo que no puede abandonar a las siete familias que rehúsan ser reubicadas, entre ellos su madre y su hermano, a quienes las autoridades no han asignado un nuevo hogar.
A dos comerciantes de abarrotes sí les entregaron vivienda, pero no quieren irse, en parte porque venden refrescos y agua a los obreros que trabajan en la construcción de la presa.
Dijo estar consciente de que dentro de poco las lluvias harán subir los niveles del río Baluarte y del arroyo Plomosas, y entonces todos deberán abandonar el pueblo.
García, de 66 años de edad, afirmó que para sus vecinos mudarse será empezar una vida diferente, pues estaban acostumbrados a sus tierras, donde cultivan árboles de ciruela y mango, además que crían tilapias en estanques. También realizan trabajos de carpintería y herrería.
La idea de abandonar su lugar de origen y el de sus ancestros lo tiene confundido, aunque sabe que puede tener un mejor futuro. Destacó que la administración del gobernador morenista Rubén Rocha Moya ha apoyado a la gente de Santa María de Gracia.
Mantendrán tradiciones
Las costumbres y tradiciones ancestrales de los pobladores de Santa María de Gracia se preservarán en un “museo de la memoria histórica”, para lo cual se recaban imágenes de los edificios que quedarán sumergidos con el embalse, informó Servando Rojo, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Sinaloa.
Expuso que una celebración arraigada es la del 24 de junio, cuando los pobladores sacan a bañar a su patrono San Juan, para pedir lluvias seguras, y otra el 8 de diciembre, Día de la Virgen de la Concepción, patrona del pueblo.
Recientemente, la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) y la delegación estatal del INAH restauraron las imágenes religiosas y las campanas del templo de la Purísima Concepción.
El pasado 8 de junio, vecinos de la localidad se llevaron a sus santos en procesión a Nuevo Santa María, donde se edificó una réplica su parroquia original. Ahí, cientos de fieles fueron bendecidos por el obispo de la diócesis de Mazatlán, Mario Espinoza Contreras.
Sarahí Tirado, restauradora del INAH-Sinaloa, precisó que fueron intervenidas las efigies de la Virgen de La Purísima Concepción, de la Virgen de Tránsito y la imagen de San Juan Bautista, al igual que las tres campanas de bronce elaboradas en los siglos XIV y XVIII. Asimismo, se restauró el Cristo del Santo Sepulcro, que data de finales del siglo XVIII.
Ada Bertha Miramontes, en nombre de María del Carmen Castro, titular de la CNCPC, destacó el apoyo que habitantes de Santa María ofrecieron a dos restauradores, mientras el INAH-Sinaloa designó a una restauradora y apoyó con materiales.
El pasado 25 de mayo, el gobernador Rocha Moya encabezó la ceremonia de fundación del nuevo pueblo Santa María de Gracia, durante la cual agradeció la generosidad de los habitantes para desplazarse de su lugar de origen y con ello hacer posible la edificación de la presa.
El mandatario dio su palabra de que su gobierno, así como el del presidente Andrés Manuel López Obrador, no van a fallar a los mexicanos para que vivan en comunidades dignas, con todos los servicios básicos.
La construcción del embalse Santa María se inició en 2015 y fue proyectada para concluir en 2018 con una inversión de 7 mil 700 millones de pesos, a fin de irrigar 24 mil 250 hectáreas en las márgenes del río Baluarte e impulsar el desarrollo de la región.
En ese lapso los comuneros interpusieron el amparo 537/2019 y lograron que en agosto de 2019 se suspendieran los trabajos, los cuales se reanudaron en diciembre de 2020 luego de que el entonces gobernador Quirino Ordaz acordó edificar 119 casas y entregar las compensaciones que adeudaban a los lugareños.