El hígado graso, presente en la mitad de la población en México, será en la próxima década, la principal causa de cirrosis hepática no alcohólica, advirtió Aldo Torres Delgadillo, hepatólogo en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
Se trata de una epidemia silenciosa que se origina en el sobrepeso, obesidad, diabetes y colesterol alto, enfermedades con alta prevalencia en el país. Quienes la padezcan y que viven con uno o varios de estos males metabólicos, se duplica el riesgo de cáncer hepático y afecciones cardiovasculares, señaló el especialista.
Laura Cisneros, presidenta de la Asociación Mexicana de Hepatología, resaltó que al bajar 5 por ciento el peso corporal se reduce la grasa en el hígado y, por lo tanto, el riesgo de complicaciones graves. Una disminución de 7 por ciento baja la inflamación, y si la reducción de peso es de 10 por ciento también desciende la fibrosis, es decir el endurecimiento del órgano, el cual es el paso previo al cáncer hepático.
Hace unos días se presentaron los resultados de la primera investigación cuyo fin es conocer la prevalencia de la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA). Se encontró que está presente en la mitad de los adultos en México, y significa que es el doble de la prevalencia a escala global.
Los facultativos resaltaron que los afectados se enteran que tienen el padecimiento hasta que aparecen las complicaciones, principalmente hemorragia en el esófago, cirrosis, cáncer hepático o infarto agudo al corazón, entre otras.
En etapas tempranas, cuando sólo hay presencia de grasa en el hígado, sin fibrosis u otras complicaciones, el pilar del tratamiento es la disminución del peso corporal.