Ciudad de México. Tras la votación, hubo festejo en Silao y en Washington. Un sindicato independiente se impuso a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), con 4 mil 192 votos de 5 mil 389 emitidos. “Este voto representa un rechazo al pasado y una nueva era para el derecho de los trabajadores mexicanos a asociarse libremente”, declaró, en aquellos primeros días de febrero de este año, Liz Shuler, presidenta de la Federación Estadunidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (más conocida por sus siglas AFL-CIO).
La dirigente de la más importante agrupación sindical de Estados Unidos afirmó que el proceso, que dio a un sindicato independiente la titularidad del contrato colectivo de trabajo de la planta de General Motors (GM) en Silao, Guanajuato, fue posible gracias a las reformas laborales que resultaron de la negociación del tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), en 2018.
Del otro lado de la mesa está el coahuilense Tereso Medina, secretario general adjunto de la CTM, cuyo sindicato “Miguel Trujillo López” perdió de manera abrumadora.
A la vuelta de los meses, y todavía en la ruta de legitimación de contratos que marca la reforma laboral de 2019, Medina habla en entrevista sobre las relaciones internacionales del sindicalismo mexicano y sobre el proceso de Silao, al que se niega a admitir como una derrota.
“Es una victoria efímera”, dice y repite a lo largo de la conversación de varias maneras: “Las derrotas pírricas no son para mucho tiempo, ni tampoco los éxitos”.
–¿Quiere decir que la CTM va a recuperar Silao?
–Tengo mucha confianza que va a recuperar GM y Nissan. Es más, te adelanto, ya los trabajadores están despertando de esas mentiras, sobre ese mundo idealista que les vendieron y recapacitando. Y tienen ya intenciones de búsquedas de la CTM, porque entendieron que los abandonaron de nueva cuenta.
El pasado 13 de junio, la AFL-CIO entregó el premio Meany-Kirkland, que reconoce a defensores de los derechos laborales, a María Alejandra Morales, trabajadora de base de GM Silao y primera mujer en ocupar la secretaría general del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (Sinttia), vencedor en el recuento.
“Ella ya no está en Silao, la traen como protagonista en distintas partes del mundo”, dice el cetemista, quien agrega: “La premian porque sacó diez de calificación para los intereses extranjeros y cero para los de los trabajadores que representa”.
“Moda sexenal”
Tereso Medina ha ocupado todos los cargos posibles en la CTM y ha sido legislador por el PRI. Actualmente figura en la lista de aspirantes a la candidatura de su partido en Coahuila y es secretario general adjunto de la central obrera.
En la entrevista, habla de cómo los convenios internacionales y las reformas derivadas del acuerdo comercial de América del Norte modificaron el mapa sindical mexicano. Dice que, contra lo que piensan sus adversarios, “cinco o seis años no bastan para probar que la CTM es incapaz de renovarse”. La CTM, asegura, “se adecúa a los nuevos tiempos, como lo ha hecho en distintos caminos de la vida”.
El nuevo escenario ha traído “una mayor competencia entre organizaciones sindicales” y ha reforzado la intención de sus adversarios –“dicha por ellos mismos”– de “acabar, de destruir a la CTM”.
–¿Quiénes pretenden “destruir” a la CTM?
–El dirigente de la Catem (Pedro Haces) y los demás activistas, como la que provocó el movimiento 20/32 y es mi compañera diputada (Susana Prieto), este perfil de líderes que traen la agenda internacional, no la de México.
–¿Sostiene usted que sindicatos como el Sinttia o el encabezado por la diputada Prieto actúan con línea que les dan desde fuera?
–Responden más a una agenda extranjera que a un verdadero compromiso de clase. Lo tenemos perfectamente estudiado. Por esa razón, sus triunfos son efímeros, porque los trabajadores se dan cuenta que fueron manipulados, que fueron mal informados. Y es ahí donde están realmente las condiciones propicias para poder rehacer un verdadero sindicalismo responsable, progresista, democrático y libertario.
Los nuevos actores en el escenario sindical, sostiene Medina, no han de permanecer. “Este tema no es para siempre. La CTM no se creó ayer, ni tampoco como una moda; como ellos, que pareciera ser que nacieron bajo una moda sexenal”.
En este punto, el dirigente, que controla dos centenares de contratos colectivos, habla de los esfuerzos de modernización de la CTM, de su universidad y sus centros de formación de cuadros, de su adaptación a la era digital, que dará paso a un nuevo tipo de personas trabajadoras.
La CTM y otras organizaciones del llamado sindicalismo corporativo, que se resistieron en todos los terrenos a los cambios, batallan ahora con las nuevas reglas, dispuestas, dice Medina, a modernizarse y probar que su modelo de “sindicalismo responsable” es la alternativa. En la acera de enfrente, afirma Medina, sólo ofrecen “paros laborales” e inestabilidad. “Ningún empleador del mundo le va a apostar a una región con inestabilidad y conflictos sindicales”.
En la visión del cetemista, las reglas derivadas del T-MEC abrieron la puerta a la injerencia extranjera en el mundo laboral mexicano. Una de las consecuencias es que se ha intensificado lo que llama “turismo sindical”, que practican activistas estadunidenses y canadienses, sobre todo, “que se acostumbraron a ganar dinero e impulsar proyectos que son puro ejercicio de manipuleo sin ningún compromiso” con México.
“16 dólares la hora”
Tereso Medina acusa a los sindicatos de EU y Canadá de hacer promesas incumplibles a los mexicanos. Dice, como ejemplo, que el dirigente del sector automotriz canadiense, Jerry Dias, estuvo en Silao y prometió a los trabajadores de GM “que iban a ganar 16 dólares la hora. ¿A qué trabajador mexicano no le gustaría un mundo de esta naturaleza? Pues a mí también. Pero las promesas de un mundo mejor no llegaron, ni van a llegar nunca. Aquí lo que tenemos que hacer es avanzar en la mejoría salarial, sí, ligados a la productividad”.
–¿Le pueden ganar a la CTM sin los apoyos que han tenido?
—No, porque (los sindicatos independientes) no tienen pensamiento propio, no tienen luz propia. Repiten las instrucciones que les dan desde Estados Unidos, les ponen la agenda, les ordenan qué hacer y qué no hacer. ¿Qué intereses tendrán los extranjeros y nacionales para, lejos de abrazar una causa a favor de los trabajadores, manipularlos, mentirles, desinformarlos, confundirlos?”.
Medina subraya la paradoja de que organizaciones sindicales estadunidenses intervengan en México cuando Estados Unidos no ha ratificado el Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (sobre el derecho de sindicación y contratación colectiva). “EU no ha firmado el Convenio 98, pero sí se convierte en árbitro y juez para que los demás países lo firmen”.
El Senado mexicano aprobó la ratificación del convenio, adoptado por la OIT en 1951, en septiembre de 2018.
Pese al rechazo que le provoca la actuación de los gremios del norte –que en el pasado tuvieron buena relación con la CTM– el secretario general adjunto de la CTM plantea: “Pongámonos de acuerdo y respetemos las autonomías de cada país. ¿Qué tipo de sindicalismo necesitamos frente al T-MEC? Uno de respeto, solidaridad, pero sin la sumisión de un país sobre otro, desde el punto de vista sindical”.