El Comité ¡Eureka! –fundado por iniciativa de Rosario Ibarra de Piedra– reprochó la “clara incomprensión” de las autoridades federales ante el dolor de las víctimas en el arranque, la semana pasada, de las acciones de la Comisión para el Acceso a la Verdad y Justicia durante la llamada guerra sucia.
Reprocharon la posición de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con la que “se pretende excusar a todos los militares responsables de estos actos criminales aduciendo la obediencia debida”, así como la intención, con “beneplácito presidencial”, de plasmar sus nombres en un muro de honor.
Frente a ese discurso, “los agravios recibidos de los gobiernos pasados volvieron a caer sobre nosotros estrepitosamente y con toda la fuerza con que los recibimos la primera vez”, además de que “no podemos seguir avalando de ninguna manera con nuestra presencia toda esta simulación”.
Por medio de un comunicado, expusieron que los responsables de los crímenes de lesa humanidad en ese periodo fueron quienes ocuparon el cargo de comandante supremo de las fuerzas armadas.
Enlistaron en ese renglón a los ex presidentes Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y agregaron que son igualmente “cómplices” sus respectivos secretarios de Gobernación, procuradores generales de Justicia, secretarios de la Defensa Nacional y los que les siguen en la cadena de mando.
Todos ellos son corresponsables por “actuación directa, encubrimiento u omisión, pues eligieron permanecer callados solapando esta terrorífica actividad criminal junto con las nefastas policías ilegales”, así como por “obedecer órdenes contrarias a lo establecido por la Constitución, violatorias de los derechos humanos, como recluir a los detenidos civiles en campos militares y bases navales”, además de someterlos a tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Para el acto del miércoles pasado, dijo el comité, fueron convocados al Campo Militar número 1 bajo el anuncio de que se daría inicio a la apertura de campos militares y bases aéreas para la investigación.
“Tan sólo cruzar las puertas de ese tenebroso lugar, puertas que Rosario Ibarra traspasó subrepticiamente tantas veces buscando a su hijo, produjo un sobrecogimiento que hizo estremecer a víctimas y familiares. Con este acto nos quedó clara la incomprensión del subsecretario Alejandro Encinas y del director de Estrategias, Félix Santana, de la magnitud del daño causado por la represión de todos estos años, pues con toda infamia omitieron decirnos que quienes asistieran estarían sentados al lado de algunos de los verdugos y perpetradores y de sus familias”, señaló.
Lamentaron que la respuesta en el actual gobierno ha sido un “efímero” decreto que sólo abarca los hechos hasta 1990 y que caduca en dos años.