Ciudad de México. El volumen de producción de trigo de México lleva una década estancado, lo que se ha convertido en un problema, pues los altos precios internacionales del grano consecuencia del conflicto armado entre Rusia y Ucrania han incrementado el gasto de importación, mismo que se ha traspasado a las familias mexicanas, que ahora pagan más por una gran variedad de alimentos básicos que se derivan de este cereal.
Estimaciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), con base en información del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, señalan que México cerrará 2022 con una producción de 3.5 millones de toneladas de trigo, cantidad que es apenas 6 por ciento superior a las 3.3 millones que se produjeron en 2012, es decir, 10 años atrás.
La baja producción de México –cuna de la Revolución Verde de la mitad del siglo XX– ha provocado una alta dependencia del mercado internacional, pues aproximadamente 66 por ciento de la demanda de la población es cubierta mediante importaciones, mismas que se han encarecido debido a la subida que muestra el costo del grano a escala global.
Datos del Banco de México indican que entre enero y abril de 2022 México ha gastado 659 millones 252 mil dólares en la importación de trigo, cifra que es 28.5 por ciento superior en comparación con los 512 millones 696 mil dólares de igual lapso de 2021.
Lo anterior es consecuencia de la carestía del trigo pues, según el seguimiento de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aunque en las semanas recientes su valor de mercado ha disminuido, en el último año acumula una alza de 56 por ciento.
La importancia agrícola de Rusia y Ucrania es alta, pues según el GCMA, en conjunto, ambos países ofertan 19 por ciento del comercio mundial de maíz, 29 por ciento de trigo, 31 por ciento de cebada y 80 por ciento de aceite de girasol. A escala mundial, Rusia es el tercer productor y primer exportador de trigo. Por su parte, Ucrania es el sexto productor y el cuarto exportador de ese grano.
En el caso específico del trigo, su variación de precio es importante, pues es utilizado para elaboración de harina, cereales, pastas, cerveza, entre otros productos.
En México se producen dos tipos de trigos: el cristalino, mismo que es utilizado para la elaboración de pastas, y en el cual el país es excedentario, por lo que el exceso se usa como alimento de ganado; y el harinero o panificable, usado para la elaboración de pan, del cual nuestra nación no produce lo suficiente para satisfacer la demanda local.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos proyecta que la producción mundial de trigo del ciclo 2022/2023 será de 774.8 millones de toneladas métricas, lo que significa una disminución de 0.6 por ciento respecto a la del ciclo 2021/2022.