Loira Atlántico., Vestidos con un traje con sensores y una gorra naranja, extraños asistentes al festival se han mezclado con las hordas danzantes del Hellfest: estos científicos llevan a cabo un estudio sin precedente sobre los movimientos de las multitudes a fin de mejorar la prevención de accidentes fatales y los empujones.
“Estamos aquí para tratar de comprender los fenómenos que tienen lugar en multitudes densas y cómo prevenir los peligros asociados con ellas”, resumió Julien Pettré, investigador del Instituto Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología Digital, en Rennes.
¿Por qué elegiste Hellfest, que terminó ayer en Clisson (Loira Atlántico) después de una versión excepcionalmente extendida durante dos fines de semana?
“Sabemos que hay bailes relacionados con la música escuchada donde se producirán interacciones físicas entre individuos”, explicó el investigador, instalado con su equipo en un prefabricado detrás del escenario principal durante el festival.
Rituales esenciales
Los “pozos circulares” (los participantes corren rápidamente en círculo), los “muros de la muerte” (dos filas de asistentes al festival separadas por un espacio abierto que se precipita sobre él) y otros pogos o slams (gente llevada por la multitud, acostada) se han convertido en rituales esenciales del encuentro de música extrema.
Un patio de recreo de ensueño para estos científicos.
“Somos un poco como los astrónomos que vienen a observar las estrellas”, afirmó Pettré. “Pero el telescopio de multitudes realmente no existe, por lo que mezclamos diferentes tipos de datos”.
Para observar las constelaciones en movimiento del Hellfest, la dirección del festival acordó que Inria podría recuperar las imágenes filmadas de forma continua por las cámaras en las torres de vigilancia de Warzone, uno de los seis escenarios del encuentro.
Por su parte, una o dos veces al día, dos voluntarios del pequeño equipo se pusieron un traje especial equipado con sensores repartidos por todo el cuerpo, que registran su movimiento. La gorra permite al equipo detectarlos en los videos.
A pesar de que su equipo puede pasar desapercibido en un festival conocido por sus atuendos excéntricos, los integrantes llevan una camiseta destinada a advertir al público en general: “Hellfest e Inria colaboran aquí para estudiar a las multitudes”.
Luego se mezclan con la multitud del concierto elegido, uno o dos al día.
“Tratamos de hacer todo”, dice Thomas Chatagnon, estudiante de doctorado de 25 años en Inria. Uno de los voluntarios se encarga de ir a mezclarse con los “fosos circulares” y los “muros de la muerte”, el segundo debe dejarse llevar por la corriente o esquivar a la multitud como si quisiera salir del concierto.
Lo más peligroso son “los momentos en los que perdemos el equilibrio”, aseguró el joven investigador. Las figuras impuestas, como los “muros de la muerte” o los “pozos circulares”, no son las más arriesgadas. “Es bastante controlado y sólo asiste la gente que tiene ganas de ir. Los incidentes ocurren cuando las personas no han decidido estar allí”, destacó.
La información recopilada en el campo se “acoplará” con los videos, a fin de modelar por computadora los movimientos de los “conejillos de indias” en medio de la multitud.
Con un objetivo tan sencillo como ambicioso: inventar nuevas herramientas informáticas para detectar a tiempo las señales de alerta de un posible accidente, o incluso una estampida catastrófica como la que dejó nueve muertos y cientos de heridos durante un concierto de rap en el festival Astroworld de Houston (Texas) en noviembre de 2021.
“Cuando hemos detectado estos pequeños signos de la propagación de un movimiento en una multitud, podemos alertar a la gerente, que decidirá si interviene o no para dispersar a la multitud”, explicó, por ejemplo, el gerente del proyecto.
El estudio, también realizado en laboratorios, estadios y lugares públicos de los países socios, está previsto que continúe hasta 2024.
Mientras, “¡esperamos volver al Hellfest el próximo año!”, sonríe el investigador.