Ciudad de México. Comerciantes establecidos del Centro Histórico reportaron nulas ventas tras la marcha gay que se realizó el sábado pasado e implicó el cierre de los perímetros A y B del Centro Histórico, lo que provocó caos vial en las zonas aledañas al primer cuadro.
Se quejaron desde la proliferación del ambulantaje hasta la venta de bebidas embriagantes en la vía pública, incluso que expendían restaurantes afuera de sus locales.
Además de la presencia excesiva de volanteros, prepotencia de policías, que incluso retiraron placas a automovilistas sin aplicar la multa ni indicarles donde recuperarlas.
Mientras los negocios establecidos de todo tipo lucían desiertos, la gente consumía alcohol en la calle, señalaron comerciantes, quienes también se quejaron por las largas horas que el centro estuvo cerrado al tránsito vehicular.
“La autoridad no nos dio información. Desde hace cuatro días suponíamos que estaría completamente blindado para que no entraran automóviles, sólo el transporte público, y las ventas estuvieron por el piso”, indicó María Elena Lozano, restaurantera de la calle Motolinia.
Indicó que en el chat de la comunidad los comerciantes “reportaron ventas nulas porque se tuvo completamente cerrado el centro. Pudieron habernos brindado información sobre cómo iban a trabajar las autoridades ante los cierres en el Centro Histórico, pero no lo hicieron”.
Expresó que se “permitio a muchas personas beber en la vía pública, pero el comercio establecido no tuvo derecho al libre tránsito”.
El ambulantaje estuvo a todo lo que dio y la gente hasta orinaba en la calle”, añadió.