Ciudad de México. La trasmisión de la fe y las consecuencias del cambio de época son principales factores para que los jóvenes se aparten de la participación litúrgica de los sacramentos, así como de la práctica devocional de las tradiciones religiosas, que proporcionan la fuerza y sabiduría para recorrer el camino que conduce, “ya desde esta vida”, a la felicidad y la paz, señaló el Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México.
En su homilía en la Basílica de Guadalupe, dijo que la transmisión de la fe y de los valores humanos espirituales “se han fracturado” aceleradamente en los últimos 30 años. “La Familia había sido por siglos la principal transmisora, pero dada la creciente inconsistencia de los matrimonios y la consecuente debilidad de la vida familiar, van generando una ausencia de diálogo entre padres e hijos que debilita su autoridad moral y que va siendo sustituida por las nuevas tecnologías de la comunicación, cuya intensa presencia y facilidad de consulta asumen en la práctica el tradicional papel educador que tenía el núcleo familiar, especialmente de los padres y de los abuelos”.
Asimismo, expresó, lamentablemente hay que añadir la escasa presencia evangelizadora en las redes sociales. “La poca que hay es frecuentemente devocional y cultual lo cual ciertamente tiene una influencia positiva en el ámbito de quienes ya están evangelizados y formados en la fe, que son al máximo un 20 por ciento de católicos, pero el resto de los creyentes necesita más bien una presencia digital que transmita la espiritualidad cristiana de forma clara y pedagógica como hemos escuchado en la segunda lectura de San Pablo, de nuestra vocación a la libertad, para auxiliar así a las nuevas generaciones, facilitándoles las respuestas a sus angustias existenciales que hoy los jóvenes viven frecuentemente en soledad y terminan suicidándose muchos de ellos”.
En ese sentido apuntó que el segundo factor es la consecuencia del cambio de época, el cual ha provocado la fractura de la cultura entendida ésta no como la expresión máxima que es el arte o la música, sino como el estilo de vida de la sociedad, "es decir, la conducta social esta fragmentada, ya no hay una referencia establecida en el proceder de las relaciones interpersonales y sociales.
Los comportamientos públicos han quedado al arbitrio de cada persona, propiciando con frecuencia, enfrentamientos y conflictos que violentan el respeto mutuo y la dignidad de las personas".