Por primera vez, y luego de casarse a fines de enero pasado, los rarámuris Eduardo González y Rogelio Aguirre participaron ayer en la 44 Marcha del Orgullo LGBT+. Ataviados con su vestimenta tradicional, dijeron a La Jornada que en las comunidades originarias la diversidad sexual es un tema tabú, pues existe mucho machismo.
“Cuando los padres se enteran de que sus hijos son de la comunidad LGBT+, los corren, son las ovejas negras, y hasta los matan”, relataron. Afortunamente, para ellos no hubo rechazo, aunque fueron sus madres las más compresivas, y al final sus padres los aceptaron.
Añadieron que poco a poco las personas de la diversidad sexual en las comunidades originarias “comienzan a expresarse y a reconocerse como tales”.
Narraron que hace poco, “en Ciudad Juárez conocimos a unas chicas lesbianas, que traían su traje tradicional rarámuri, y hasta llorando nos dijeron: ‘Pensábamos que estábamos solas, que no había más comunidad LGBT entre nosotros’”.
La mañana de ayer, antes de la marcha del orgullo, junto con otros integrantes de la diversidad tuvieron un breve encuentro con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Jaime López Vela, fundador de Agenda LGBT, indicó que la agrupación está diseñando un “programa nacional indígena LBGT+” para ayudar a las comunidades originarias del país, donde la diversidad sexual “vive una situación de discriminación mucho más profunda” que en las grandes urbes. “En el encuentro amistoso” le pidieron respaldo para ese esquema.
Eduardo y Rogelio son la primera pareja homosexual que contrae matrimonio en Chihuahua, y anunciaron su intención de adoptar un bebé, lo cual esperan concretar a fines de año.
Se mudaron a la capital Chihuahua porque en la Sierra Tarahumara existe mucha discriminación en el ámbito laboral, el transporte y las calles. “No nos dan trabajo, incluso a Rogelio lo golpearon”. Aunque algunos gobernadores rarámuris empiezan a tener una visión más abierta sobre los temas LBGT+, reconocieron que, “sobre todo los mayores, son muy machistas”.
Al hacer la comparación con la Ciudad de México, consideraron que el gobierno de la entidad donde habitan, a cargo de Acción Nacional, es “muy cerrado” en relación con temas de género y confían en que eso cambie.