Bastan un par de pelucas brillosas y extravagantes, para transformar a una troupe de actores que ejercen el presente perpetuo y de cada escena, sin historia ni futuro, para transformarlos en claros intérpretes de un papel tradicional ante la cámara. La mímica de fumar imparablemente cigarrillos invisibles y sus pasos en un cuarto de hotel de luminosos ventanales lograrán el resto de la metamorfosis.
Aunque dividida en dos partes muy claras: las tensiones familiares por visita de los hijos Gabino (Lázaro Gabino Rodríguez) y de Luisa (Luisa Pardo), a casa de sus padres, una emotiva Teresita Sánchez y un hosco y cruel José Rolo Rodríguez López, en un poblado del norte del país, dará luego paso a un filme de aventuras y suspense, relato oral y muy personal de un gastado libro amarillo que el hermano le relata, a su manera y a modo de pausa reconciliatoria, a la hermana, en Fauna (México, 2020), décimo cuarto filme del prolífico realizador Nicolás Pereda.
Pero el largometraje contiene, además, ecos, glosas y citas de otras obras, nada menos que al cruento diálogo entre Liv Ulman e Ingrid Bergman en la Sonata de otoño (Höstsonaten, Suecia, 1978), de Ingmar Bergman, recitado por Luisa y por Teresita; así como al recitado de una escena de Narcos México, con Francisco Barreiro (el novio de Luisa permanentemente hostigado y agredido por los hombres de la casa) que despliega su interpretación de Francisco Arellano Félix nada menos que en la cantina Salón México de Cedral, San Luis Potosí, misma en la que se filmó El infierno (México, 2010, de Luis Estrada), eso sin contar que la segunda parte se basa en la novela breve homónima del uruguayo Mario Levrero y que se cuelan un par de guiños al cine de John Cassavetes.
“Fue construida de manera muy extraña, con referencias muy dispares. En fin, no es que haya utilizado estas referencias al azar sino que veía cosas de estos universos totalmente separados pero que tenían lugares donde se empalmaban y relaciones muy claras entre ellas”, explica Pereda, quien lleva créditos como director, guionista, editor y productor de Fauna.
Ecos y representación
Y aunque el gran leit motiv de su cinematografía ha sido representar la idea de lo cotidiano, en su más reciente película decidió incluir momentos en que los miembros de la compañía Lagartijas tiradas al sol deben actuar de manera más ortodoxa y ahí ocurre una transformación: las escenas de Narcos México y de Bergman, pero toda la segunda parte: “que es la posibilidad de esa otra película hecha con actores con ese tono, con unas pelucas rarísimas y allí sí hay la posibilidad de ese juego, pasar de la cotidianidad a una actuación en otro nivel. Por ejemplo, en la primera parte fuman cigarros de verdad y en la segunda hacen como que fuman porque jugamos a la representación.
“Pero la idea no es filmar audiciones teatrales, sino mostrar con pocos medios, porque la cámara no está montada sobre un dolly, una grúa o un steady-cam, poder hacer un universo y un montaje cinematográfico en una sola toma. Había algo divertido en poder hacer emplazamientos que fueran planos abiertos, medios y cerrados en la misma toma y para eso los actores tenían que estar constantemente moviéndose”, explica Pereda.
Premio a Mejor Director en Morelia
Luego de su recorrido por festivales como Toronto, San Sebastián, Nueva York, la Viennale y Morelia, donde ganó el premio a Mejor Director de la sección Largometraje Mexicano, Fauna estrenó en la cartelera mexicana el jueves 23 de junio con distribución de Interior XIII en salas de la Ciudad de México, Toluca, Zacatecas, Nayarit, Morelia, Aguascalientes, Guadalajara, Monterrey, Tepoztlán, Querétaro, Mérida, Tijuana, Veracruz y Puerto Vallarta.
De entre todas sus películas, Pereda considera a Fauna como “la más divertida, la más entretenida y, creo, la más accesible para un público más grande”.