Una persona que ha vivido el rol desde diferentes ángulos, pero siempre con la perspectiva dirigida al rock mexicano, es Porfirio Pendás: Piro. Recorrer su historia es visitar lugares, recordar personajes y tocadas durante las pasadas cuatro décadas. Algunos lugares cercanos a Piro, van del Hip 70 al Gimnasio de la Nueva Atzacoalco y por supuesto algunos hoyos fonqui, como el de Balderas. Su travesía musical toma forma en 1978 cuando surgió una de las primeras bandas de punk en nuestro país: Dangerous Rhythm; esta historia, de alguna manera, Piro la consignó en el documental Aquí no pasaba nada, donde recrea los años que van del 78 al 83, lapso punketoso vivido por el entonces, Piro Maniac al lado de Marcelo, Johnny Danger y Rip Sick. Justo al terminar ese periodo, nació Ritmo Peligroso banda que tiene canciones como Marielito, Déjala tranquila, Contaminado; poco después, Piro se animó a sacar un disco en solitario y a la mitad de los años 90 formó Los Humanos con quien grabó Instinto animal. Otra actividad del cubano-mexicano es la de conductor del podcast ¿Cómo está la banda?, emisión donde ha desfilado una larga lista de celebridades ligadas al rock.
Hoy, Piro estará en el Tianguis del Chopo mostrando otra faceta, la de escritor. Presentará su libro Sentido contrario ante la grey chopera a partir de las 11 horas. La venta y firma de libros será en la zona de intercambio,–Aldama y Luna– espacio donde por cierto pronto se reinstalará el Foro Radio Chopo para seguir la tradición de presentar rock en vivo con bandas consagradas y lo importante: grupos nuevos.
Un recuerdo para Ramón Castillo
Recorrer los pasillos del Chopo y notar la ausencia de algún compañero, entristece la visita. Aún se extrañan presencias. Ahora, quien emprendió el último viaje es Ramón Castillo. Los visitantes notarán este sábado que no estará instalado el puesto 129 de la fila C, el local mejor surtido de publicaciones: Cómics, revistas, discos, acetatos, pósters, casetes y películas cubrían los tres muros de la carpa que Ramón armaba cada sábado. Y entre cliente y cliente, platicar con él era rescatar anécdotas de los años setenta, ochenta y mezclarlas con sucesos actuales, no sólo recanroleros, sino políticos y sociales. Ir a su puesto era sentirse en medio de un archivo por la cantidad de revistas exhibidas: Conecte, La Mosca, Rolling Stone, Revólver, Rock&pop, además de muchas publicaciones de colección donde se encuentran datos que todavía no circulan en la red. Ramón sabía esto y se enorgullecía de ello. Desafortunadamente, él dejó este plano ayer muy temprano; durante su funeral, él mantuvo su cercanía con el Chopo: junto a su foto hubo un banderín con el logo del tianguis, espacio, donde pasó cuarenta años haciendo amistades. Nosotros tuvimos la oportunidad de platicar muchos sábados y era chida la charla cuando el tema era el contenido del día de nuestro periódico. Ramón era un lector habitual de La Jornada.