Londres. Millones de personas en Gran Bretaña sufrieron trastornos en su jornada de ayer a raíz de la segunda huelga de 24 horas del personal ferroviario, que se reanudó tras unas negociaciones infructuosas sobre subidas salariales acordes con la inflación, que alcanza niveles récord y se encamina a superar 11 por ciento a finales de año.
El paro de 40 mil empleados de limpieza y mantenimiento, señaleros y personal de las estaciones obligó a cancelar alrededor de 80 por ciento de los servicios. El martes se realizó el primero con una gran asistencia. Para mañana se planea un tercer paro como parte del conflicto ferroviario que más trastornos ha causado en Gran Bretaña en los últimos 30 años.
Ayer, las estaciones estaban prácticamente desiertas
Ante esta movilización histórica, el gobierno de Boris Johnson anunció su intención de cambiar la ley para poder sustituir a los huelguistas con trabajadores temporales y reducir lo que considera el impacto “desproporcionado” de los paros. Si las aprueba el Parlamento, las modificaciones entrarían en vigor en las próximas semanas y aplicarse a Inglaterra, Escocia y Gales.
En tanto, el personal de tierra de British Airways en el aeropuerto de Heathrow votó a favor de una huelga por motivos salariales, sumándose al creciente número de convocatorias de huelga en los cielos europeos, informaron los sindicatos GMB y EasyJet, que precisarán las fechas de paro en los próximos días.
Revés para Johnson
El partido conservador británico perdió las dos circunscripciones en juego en unas elecciones parciales celebradas ayer que se anticipaban como una prueba para la popularidad del controvertido premier.
La formación de Johnson perdió el bastión conservador de Tiverton-Honiton (suroeste) en favor del Partido Liberal-Demócrata, y vio cómo el feudo tradicionalmente de izquierdas de Wakefield (norte) volvía a manos del Partido Laborista, primera fuerza de la oposición, se informó al cierre de esta edición.