París. Zinedine Zidane, líder de la histórica generación que conquistó en casa la Copa Mundial de 1998 y que ganó prestigio como entrenador al encadenar tres títulos europeos con Real Madrid, es una leyenda viva del futbol francés.
El ex técnico de los merengues reconoció que desea “cerrar el círculo” con la selección francesa en un futuro donde termine la obra que arrancó con aquél título mundial, entonces como jugador, después de que ayer quedó descartado que ficharía por el París Saint-Germain para el próximo ciclo.
“Con los Bleus, no se ha terminado”, indicó Zidane en una entrevista con L'Equipe, que será publicada de forma íntegra hoy con motivo del cumpleaños 50 del técnico francés.
Zidane tocó el cielo como entrenador dirigiendo al Real Madrid, conquistando tres trofeos seguidos en la Champions (2016, 2017, 2018). Abandonó ese club una primera vez tras el último éxito europeo. Regresó unos meses después al puesto y estuvo menos de dos años, hasta su salida en 2021.
Tras retirarse de la selección gala en 2004, regresó después, en 2005, y estuvo con los Bleus en el Mundial de Alemania 2006, donde su participación pasó a la historia por su cabezazo a Marco Materazzi en la final perdida por Francia ante Italia en Berlín.
La tarjeta roja puso un cierre deslucido a su carrera como jugador.
En su nueva vida como entrenador, después de intensos estudios, Zidane pudo disfrutar de su fama.
Instalado en Madrid, donde sus cuatro hijos fueron probando suerte sucesivamente con los colores del Real Madrid, el astro marsellés ocupó diversos puestos en el equipo merengue: asesor del presidente, director deportivo, entrenador adjunto, técnico del equipo B y, finalmente, en enero de 2016 pasó al banquillo del primer equipo, para abrir una época dorada.
Zinedine viene de una familia de cinco hijos y sus padres son originarios de la región argelina de Cabilia.
Como jugador destacó en el Cannes, luego en el Burdeos, y de allí dio el salto internacional a la Juventus de Turín y después al Real Madrid. Pero si hay un momento que supone un antes y un después es el 12 de julio de 1998, cuando dos goles suyos de cabeza guiaron a Francia a la victoria 3-0 en la final del Mundial sobre Brasil.
Con 26 años, Zizou se convertía en el ídolo de toda Francia y fue aclamado después en los Campos Elíseos como símbolo de aquella generación de orígenes diversos, pero que llevó a los Bleus a la cima del futbol, logrando además el título europeo en 2000.
En 2001 se produjo su fichaje galáctico como jugador del Real Madrid y en 2002 una volea memorable con su pie “malo”, el izquierdo, dio el título de la Liga de Campeones al equipo de la capital española.
Tras su última etapa en el Madrid y el tiempo de pausa en su carrera como entrenador, muchos le ven dirigirse hacia la sucesión de Didier Deschamps cuando éste termine su etapa como seleccionador de Francia.