Madrid. Científicos de la Universidad de Hamburgo localizaron una enorme área del océano que se calienta cada vez más a largo plazo en el Pacífico nororiental.
De 3 millones de kilómetros cuadrados, es el resultado del aumento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero y propicia las olas de calor extremas en el Pacífico nororiental.
En un estudio recién publicado en la revista Communications Earth and Environment, Armineh Barkhordarian confirma que esta región de calentamiento sistemático no es el resultado de variaciones climáticas naturales, sino de influencias humanas.
“Esta piscina seguirá aumentando la temperatura del agua en el futuro, con lo que incrementará tanto la frecuencia como la intensidad de las olas de calor marinas locales. Este fenómeno está llevando a los ecosistemas al límite”, explicó en un comunicado Barkhordarian, experto en ciencias atmosféricas y miembro del Clúster de Excelencia Clima, Cambio Climático y Sociedad de la Universidad de Hamburgo.
El especialista y su equipo muestran cómo la piscina de calentamiento a largo plazo ha promovido olas de calor marinas locales en el pasado.
Uno de estos fenómenos ganó notoriedad como la mortal “mancha del océano Pacífico”, que tuvo consecuencias devastadoras entre 2014 y 2015: la productividad marina decayó, se formaron floraciones de algas tóxicas, además de que las aves y los mamíferos marinos murieron en masa. Asimismo, provocó severas sequías en la costa oeste de Estados Unidos.
La ola de calor marina más reciente abarcó de 2019 a 2021, produciendo temperaturas de hasta seis grados centígrados por encima del promedio. El equipo de Barkhordarian ahora ha demostrado que el aumento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero fue causante en forma directa del evento extremo. La probabilidad de que surja tal ola de calor sin influencias humanas es inferior a uno por ciento; existe una probabilidad de 99 por ciento de que también haya un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, el estudio muestra que la temperatura del agua sobre la piscina de calentamiento en el Pacífico nororiental aumentó en un promedio de 0.05 grados centígrados por año durante los pasados cinco lustros.