Berlín. Los recientes recortes en las entregas de gas ruso a países europeos constituyen un “ataque” que busca “sembrar el caos en el mercado europeo de la Energía”, afirmó este martes el ministro alemán de Economía y Clima, Robert Habeck.
“La reducción del aprovisionamiento de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 es un ataque contra nosotros”, dijo el ministro en un discurso ante empresarios en Berlín. Se trata de un “ataque económico” que fue “llevado a cabo de forma deliberada” por el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró.
“Ya hemos visto esta forma de actuar en varias ocasiones, con la reducción de las entregas de gas a Bulgaria, Polonia y Dinamarca”, puntualizó Habeck.
Esas medidas pretenden “sembrar el caos en el mercado europeo de la energía”, subrayó.
El grupo ruso Gazprom anunció en los últimos días un recorte de 40 por ciento y luego otro de 33 por ciento de sus envíos de gas vía Nord Stream, alegando problemas técnicos.
Para enfrentar esa coyuntura, Alemania anunció el martes una mayor generación de electricidad hasta 2024 en sus centrales a carbón.
Alemania corre el riesgo de entrar en recesión al agravarse la crisis del gas ruso
Alemania se enfrenta a una recesión segura si el suministro de gas ruso, ya de por sí débil, se interrumpe por completo, advirtió el martes un organismo del sector, mientras que Italia dijo que estudiará la posibilidad de ofrecer apoyo financiero para ayudar a las empresas a rellenar los depósitos de gas y evitar así una crisis más profunda en invierno.
Los países de la Unión Europea, desde el Mar Báltico en el norte hasta la costa del Adriático en el sur, están perfilando medidas para hacer frente a una crisis de suministro después de que la invasión rusa a Ucrania puso a la energía en el centro de una batalla económica entre Moscú y Occidente.
Antes de la guerra, la Unión Europea dependía de Rusia para 40 por ciento de sus necesidades de gas, que en el caso de Alemania se elevaban a 55 por ciento, lo que deja un enorme vacío por llenar en un mercado mundial del gas ya muy restringido.
Algunos países, entre ellos Alemania, Austria y Países Bajos, han dado marcha atrás de forma temporal a sus planes de cierre de centrales eléctricas de carbón.
Gas aumentó 300% en un año
Los precios mundiales del gas se han disparado, lo que ha provocado una aceleración de la inflación y ha creado un mayor dolor de cabeza para los responsables políticos, que intentan sacar a Europa del precipicio económico.
El precio del gas de referencia para Europa cotizaba el martes en torno a los 123 euros (130 dólares) por megavatio hora (MWh), por debajo del máximo de este año, 335 euros, pero con un aumento de más de 300 por ciento respecto a su nivel de hace un año.
Se reduce flujo de gas a Europa
El gas ruso se sigue bombeando a través de Ucrania, pero a un ritmo reducido, y el gasoducto Nord Stream 1 bajo el Báltico, una ruta vital de suministro a Alemania, funciona solo al 40 por ciento de su capacidad, lo que, según Moscú, se debe a que las sanciones occidentales están obstaculizando las reparaciones. Europa dice que esto es un pretexto para reducir los flujos.
La ralentización ha dificultado los esfuerzos de Europa por rellenar las instalaciones de almacenamiento, que ahora están en 55 por ciento, para cumplir el objetivo comunitario de alcanzar el 80 por ciento en octubre y el 90 por ciento en noviembre, un nivel que ayudaría a pasar el invierno si el suministro se desacelera aún más o cesa.
El ministro de Transición Ecológica italiano, Roberto Cingolani, afirmó que Italia debe intensificar sus esfuerzos de reabastecimiento y que Roma debe estudiar cómo ayudar a las empresas a financiar las compras de gas para su almacenamiento. “Actualmente el gas es tan caro que los operadores no pueden invertir en él”, dijo Cingolani.
Italia, junto a países como Alemania, Dinamarca, Austria y Holanda, ha activado la primera fase de alerta temprana de su plan de tres etapas para hacer frente a una crisis de suministro de gas.
Europa está buscando más suministros por gasoducto de sus propios productores, como Noruega, y de estados como Azerbaiyán, pero la mayoría ya está llegando al límite de la producción.
Preocupa el retorno al carbón
El anuncio de un mayor uso de carbón en Alemania, Austria y Países Bajos despertó preocupación en la Comisión Europea y entidades ambientales, que advierten sobre el riesgo de un descarrilamiento de las ambiciones climáticas de la Unión Europea.
“Tenemos que aprovechar esta crisis para avanzar” en la transición energética “sin retroceder hacia los combustibles fósiles”, dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en entrevistas con varios periódicos europeos publicadas el martes.
Los Países Bajos decidieron el lunes levantar por completo las restricciones a la generación de electricidad con carbón, mientras que Alemania y Austria anunciaron el domingo que harían más uso del carbón para compensar la caída en las entregas de gas ruso a Europa.
“Es una mala opción, consecuencia de una década de retraso y abandono. Los estados han seguido apostando por los combustibles fósiles en lugar de invertir lo suficiente en renovables”, dijo Neil Makaroff, de Réseau Action Climat (RAC), una federación de ONG ambientales.
“El desafío es cómo estos países seguirán siendo capaces de cumplir con sus planes para eliminar gradualmente el carbón” y su trayectoria de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), porque “si hay más emisiones en la quema de carbón, otras industrias tendrán que reducir las suyas aún más”, indicó Sam Van den plas, de la ONG Carbon Market Watch.
Mark Breddy, de Greenpeace Europa, indicó que “querer que el carbón nos salve de una crisis provocada principalmente por los combustibles fósiles es como darse cabezazos contra una pared para curar una migraña”.
Aseguró que la prioridad debe ser reducir drásticamente las necesidades de electricidad porque “se desperdician cantidades enormes de energía, desde la industria a la agricultura, desde el transporte a las viviendas con aislamiento precario”.