Ciudad de México. En noviembre de 2010, el portal WikiLeaks eligió cinco publicaciones internacionales con el propósito de entregarles cientos de miles de cables diplomáticos confidenciales: el británico The Guardian, el francés Le Monde, el estadunidense The New York Times, el español El País y el semanario alemán Der Spiegel.
El 12 de abril de 2019, La Jornada publicó la forma en que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, hizo llegar a este diario miles de cables confidenciales que antes confió a otros diarios, y la manera en que este periódico los publicó.
El 18 de enero de 2011, Assange, quien entonces era un hombre libre, se encontró con un integrante del equipo de La Jornada en Londres a quien le confió una memoria USB con miles de cables diplomáticos provenientes de la Secretaría de Estado estadunidense. Assange advirtió a La Jornada que para trabajar los archivos se debían utilizar computadoras nuevas que jamás hubieran sido conectadas a Internet, pues no hacerlo así implicaba un riesgo de ser intervenidos.
Un analista profesional, o hacker, fue el encargado de decodificar los archivos encriptados, además de descifrar una contraseña para tener acceso a ellos que no venía incluida en el material, mientras un pequeño equipo de personas leía el material en inglés y lo clasificaba.
WikiLeaks fue fundada en 2006 por Julian Assange como una organización no gubernamental dedicada a difundir información confidencial generada y considerada “clasificada” por las autoridades estadunidenses. Las fuentes del portal recibían anonimato.
Operaciones cuestionables
Estas fuentes solían ser particulares que habían solicitado confidencialidad por trabajar en algún círculo del poder estadunidense, pero que sentían que parte de esa información secreta debía ser del conocimiento público, porque las autoridades tuvieron comportamientos cuestionables que el público tenía derecho a conocer. La versión completa de la nota puede consultarse en: https://www.jornada.com.mx/2019/04/12/politica/006n1pol