Londres. El gobierno británico firmó ayer el decreto de extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, donde se le quiere juzgar por una fuga masiva y difusión de documentos confidenciales, un paso importante, pero no definitivo, para el desenlace de una batalla legal que dura ya una década.
WikiLeaks y familiares de Assange anunciaron que apelarán la decisión y lamentaron un “día negro para la libertad de prensa y la democracia británica”.
Hard to believe, but it looks real. Every serious press freedom group in the world has protested this. It is an appalling symbol of how far the British and American governments' commitment to human rights has declined.
— Edward Snowden (@Snowden) June 17, 2022
How can we condemn authoritarian abuses abroad like this? https://t.co/sgvLRgZtEg
El vocero adjunto de la Organización de Naciones Unidas, Farhan Aziz Haq afirmó: “Esperamos que se siga plenamente el debido proceso y que se respeten todas las normas internacionales y los derechos humanos”, y evitó opinar sobre la decisión. “No es práctica de Naciones Unidas cuestionar las decisiones judiciales. Así que estamos dejando que los tribunales sigan su camino”, dijo.
We call on the UK to refrain from extraditing Julian Assange, for the US to drop the charges, and for Assange to be freed!https://t.co/KGMQvxeqvy
— Amnesty International (@amnesty) June 17, 2022
“Tendrá juicio justo en Estados Unidos”
En abril, la justicia británica emitió la orden formal de entregar a Washington al fundador de WikiLeaks, tras una lucha judicial de varios años, pero correspondía a la ministra de Interior, Priti Patel, firmar el decreto, trámite que hizo ayer.
Según un funcionario del Ministerio del Interior británico quien requirió el anonimato: “Los tribunales británicos no concluyeron que fuera opresivo, injusto o un abuso procesal extraditar a Assange. Tampoco que la entrega a la justicia estadunidense fuera incompatible con sus derechos, incluyendo la garantía de tener un juicio justo, y con la libertad de expresión”. Agregó que Washington prometió tratarlo bien y atender su salud.
The prosecution of WikiLeaks founder Julian Assange poses a grave threat to the freedom of the press.
— ACLU (@ACLU) June 17, 2022
These charges establish a dangerous precedent that can be used to target all news organizations holding government accountable by publishing its secrets.https://t.co/1WTiWGxZek
Estados Unidos quiere juzgar a Assange por espionaje y podría condenarlo hasta a 175 años de cárcel si es declarado culpable de la publicación a partir de 2010 en WikiLeaks de unos 700 mil documentos militares y diplomáticos estadunidenses secretos, sobre todo sobre Irak y Afganistán.
Assange permanecía recluido desde 2019 en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh, pero fue detenido en la embajada de Ecuador en Londres, cuando el entonces presidente Lenín Moreno le retiró la protección que le dio su predecesor Rafael Correa.
Violando las condiciones de su libertad condicional en Reino Unido, el fundador de WikiLeaks se refugió, en 2012, en la embajada de Ecuador en Londres para evitar ser extraditado a Suecia por una demanda de violación sexual que después fue abandonada. Entonces aludió que esos cargos eran parte de una estrategia para entregarlo a Estados Unidos.
We strongly condemn @pritipatel’s decision to approve the extradition of @wikileaks publisher Julian #Assange to the US where he faces up to 175 years in prison. Disclosing information of public interest is not a crime #FreeAssangeNOW: https://t.co/yosnGRBufP
— PEN International (@pen_int) June 17, 2022
En enero de 2021, la justicia británica decidió a su favor: la jueza Vanessa Baraitser rechazó la extradición por considerar que el australiano, de frágil salud física y sicológica, corría el riesgo de suicidarse en el sistema penitenciario estadunidense.
Pero en diciembre de 2021, Washington logró que la Alta Corte de Londres anulara esa decisión, al prometer que no sería encarcelado en la prisión de alta seguridad ADX de Florence, en Colorado, donde están detenidos presuntos yihadistas. El gobierno estadunidense garantizó que recibirá atención clínica y sicológica, e incluso mencionó la posibilidad de que cumpla su condena en su natal Australia.
Organizaciones de defensa de la libertad de prensa, como Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional, se oponen a esta extradición porque temen que As sange sea sometido a condiciones de aislamiento en prisión.
“Cualquier país que se preocupe por la libertad de expresión tendría que sentir vergüenza al ver que la ministra de Interior aprobó la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, el país que complotó para asesinarlo”, manifestó en un comunicado Stella Assange.
“Julian no ha hecho nada malo. No ha cometido ningún crimen, no es un criminal. Es un periodista, un editor y es castigado por haber hecho su trabajo”, expuso la abogada, quien se casó en marzo con Assange, con quien tiene dos hijos, concebidos cuando él estaba refugiado en la embajada ecuatoriana.
Jean-Luc Mélenchon, jefe de filas de la izquierda en las elecciones legislativas en curso en Francia, prometió ayer que otorgará la nacionalidad a Julian Assange, si llega al gobierno.
La portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, ironizó: “Es la apoteosis del humanismo, el apogeo de la libertad de expresión. Recuerdo que Assange puede ser condenado a 175 años de prisión, por actividad periodística”.
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó ayer que Assange merece un Premio Nobel por denunciar las “fechorías” de Estados Unidos y rechazó la decisión británica de entregarlo a la justicia estadunidense.
“Ese ciudadano debería estar recibiendo un Premio Nobel, ese ciudadano debería estar recibiendo un Óscar de decencia y coraje porque denunció al planeta a un país que espiaba a otro país”, señaló Lula en un evento del Partido de los Trabajadores.