Lima. El presidente de Perú, Pedro Castillo, acudió ayer caminando en el centro de Lima a la sede de la fiscalía, donde declaró durante cuatro horas en un caso de presunta corrupción.
La fiscalía investiga a Castillo, en el poder desde hace 11 meses, por presuntos delitos de tráfico de influencias, organización criminal y colusión agravada por una causa que involucra a su entorno político y familiar.
“Estamos dispuestos a seguir respondiendo, porque el Perú necesita que aclaremos las cosas y lo vamos a seguir haciendo”, dijo Castillo, quien afirmó sentirse “satisfecho”.