El relanzamiento de la colección Ojo de Venado: Fotografía Documental Contemporánea, a 10 años de su creación, incluyó un homenaje a varios fotógrafos y personas relacionadas con esta disciplina fallecidas en años recientes.
Al final del rencuentro con los autores de los nueve libros de la colección, y el gremio fotográfico en sí, celebrado en la Casa del Lago, los participantes mostraron grandes retratos del crítico José Antonio Rodríguez, la promotora cultural Patricia Mendoza y los fotógrafos Marco Antonio Cruz, Eniac Martínez, Omar Meneses –quien ideó la colección– y Lázaro Blanco, éste, en honor del taller que durante 42 años impartió en el recinto, en el que se formaron otros fotógrafos.
El nutrido público depositó claveles rojos a los pies de los retratos, mientras se escuchó una versión del poema hecho canción Caminante, no hay camino, seleccionado por ser representativo de la generación en cuestión, formada en los años 90. Detrás de la organización estuvo la fotógrafa Elizabeth Andriópulos.
Cecilia Candelaria, cofundadora de la colección y actual directora, dijo que este rencuentro de los fotógrafos de la colección “también es un pretexto para revalorar nuestro oficio. Pertenecemos a una generación de fotoperiodistas críticos al sistema. No somos los únicos, ni mucho menos los primeros. Anteriores a nosotros hubo una generación de fotógrafos, de la cual, espero, seamos legítimos herederos. Con ellos compartimos ideales y sueños, y aunque quizá no concordamos en todo, sí lo hacemos en lo fundamental: la fotografía como herramienta de cambio social”.
Ideas de sobremesa
Cecilia Candelaria anunció el interés en un futuro de incrementar la colección con la publicación de nuevos libros. Al final resultaron títulos de bajo presupuesto, económicos y de autor. La reactivación de la colección comprende una amplia difusión por todo el país: “Tenemos puntos de venta en Chiapas, Oaxaca, Ciudad de México, y esperemos que pronto sean más”.
Ernesto Ramírez, fundador de la colección, señaló: “Ojo de Venado surgió hace 12 años en reuniones y sobremesas que tuvimos Omar Meneses y yo. El contexto: 2010, un marco de fiestas bicentenarias en nuestro país. Cuando pensamos en una colección de libros de fotografía periodística y documental, nos interesaba que estas publicaciones reflexionaran de manera crítica sobre los últimos acontecimientos políticosociales, como un contrapeso a la borrachera nacional”,
Ésta, desde el comienzo, estuvo pensada en dos fases. “La primera comprendía de 1990 a 2000, y todo el material sería publicado en blanco y negro. La segunda fase tendría que ver con hechos de 2000 a 2010, y estos libros serían a color”.
En la primera fase se editaron títulos de Meneses y Raúl Ortega, en una segunda, de Patricia Aridjis, Germán Canseco, Marco Antonio Cruz, Alfredo Estrella, Víctor Mendiola, Ernesto Ramírez y Jesús Quintanar.
Al término de las intervenciones de los fotógrafos/autores, el periodista Hermann Bellinghausen fue invitado a reflexionar al respecto. “Más allá de lo que pude haber aprendido de los reporteros, incluso, de los escritores, de los fotógrafos aprendí a ver, ser sintético y a no ser mamón. Los reporteros tendemos a ser mamones, más competitivos, mientras los fotógrafos tienen la sangre más ligera”, sopesó.
Según el poeta y director de Ojarasca, suplemento en línea de La Jornada, para la generación en cuestión “un momento clave fue el levantamiento zapatista. Hay una falta de mamonería porque están muy cerca, de manera física, con los acontecimientos. No es que sean valientes: no les queda de otra. La colección es como un corte de caja, un adiós al siglo XX”.