Atalaia do Norte., La Organización de Naciones Unidas (ONU), indígenas, organizaciones no gubernamentales y familiares expresaron su indignación y lamento por el asesinato en la Amazonia brasileña del periodista británico Dom Phillips y el indigenista brasileño Bruno Pereira, y vincularon a la impunidad que impera en la región al presidente Jair Bolsonaro, un impulsor de la explotación de las áreas protegidas.
Frente a este “acto brutal de violencia”, el vocero del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, urgió desde Ginebra al gobierno de Brasil a “acrecentar sus esfuerzos para proteger a los defensores de causas sociales y de los pueblos indígenas”.
La investigación por la desapariciones el pasado día 5 dio un vuelco antier con la confesión de uno de los dos detenidos: Amarildo da Costa de Oliveira, que condujo a la policía al lugar donde dijo haber enterrado los cuerpos, junto con su hermano Oseney, cerca de la ciudad de Atalaia do Norte, en la remota región del Valle del Javarí, fronteriza con Perú y Colombia.
Anoche arribaron al aeropuerto de Brasilia los ataúdes con los restos, para los estudios forenses de identificación y cuyo reporte se conocerá la próxima semana, según la prensa local.
Phillips investigaba para escribir un libro sobre conservación ambiental y desarrollo local, mientras realizaba un viaje guiado por Pereira.
“Ahora podemos traerlos a casa y despedirnos con amor”, dijo la esposa de Phillips, Alessandra Sampaio. La familia del periodista dijo tener “el corazón partido” por los asesinatos y agradeció a los participantes de las búsquedas, “especialmente a los indígenas”.
La asociación originaria Univaja del Valle del Javari calificó los asesinatos de “crimen político” y pidió al gobierno que proteja mejor su tierra.
En Bruselas, siete líderes indígenas brasileños denunciaron frente a la sede de la Unión Europea el clima de violencia e “impunidad” en la Amazonia. Uno de ellos, Dinamam Tuxa, indicó a la agencia Afp que “Bruno y Dom Phillips fueron víctimas de las políticas del gobierno”.
El candidato a la presidencia de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y su compañero de fórmula, el ex gobernador Geraldo Alckmin, exigieron una investigación rigurosa sobre los homicidios, “directamente relacionados” con el desmantelamiento de las estrategia pública de protección de los pueblos indígenas y con el “fomento de la violencia por parte del actual gobierno” de Bolsonaro.