Madrid. Futbol y política. Conversaciones desde la izquierda (Foca) es un libro que reúne las conversaciones socráticas de dos mentes inquietas y cultivadas, curiosas hasta la extenuación y siempre atentas a los ataques que sufren dos de sus motores de vida: el balompié y la militancia política desde una perspectiva de izquierda. El argentino Ángel Cappa, ex jugador y ex entrenador de futbol, quien ha pasado por algu-nos de los grandes equipos europeos y latinoamericanos, como el Real Madrid, el Racing de Avellaneda, el Atlante o el Universitario de Lima. Y Marcos Roitman, sociólogo chileno que se tuvo que exiliar de su país cuando triunfó la barba-rie de Augusto Pinochet y desterró el sueño del socialismo acuñado por Salvador Allende.
A raíz de la publicación de este libro, La Jornada mantuvo una charla con los autores, en la que expresan su frustración de ver cómo el negocio, el capitalismo, ha ido transformando las raíces de un deporte, el futbol y, al mismo tiempo, cómo la izquierda ha ido renunciando a lo que hace sólo unas décadas era un principio básico: transformar la realidad, hacerla más justa.
Vivencia y emoción
Sobre el origen del libro, Roitman explicó que nació “de la necesidad de pensar qué es la izquierda en el ámbito político, pero tam-bién en la vida cotidiana y el futbol. Y eso lo analizamos con varias cosas en común; que los dos somos de izquierda, que los dos somos anticapitalistas y que los dos tenemos un amor profundo por el deporte y el futbol. Y en la izquierda se ha dado que a la gente que le gusta el futbol ha sido rechazada, porque es visto como un factor de adormecimiento de la mente o que ha sido utilizado por las dictaduras y manipulado. Así que hemos querido salir de ese tópico y entender el futbol como una vivencia, una emoción y que va más allá del ímpetu del hincha”.
Cappa, por su parte, relató que “son conversaciones que hablan de cosas que nos preocupan; de fut-bol, por supuesto, pero también nos preguntamos qué está pasando con la izquierda, a qué se debe el avance del neofascismo, que hubiera sido algo impensable hace unos años. O por qué gran parte de la izquierda ha dejado de cuestionar el capitalismo y por qué ya se acepta y solamente se trata de adecentarlo”.
Sobre el vaciado en las aspiraciones de lo que ellos llaman “la nueva izquierda”, que se da sobre todo en los países europeos, Roitman asegura que “las generaciones de ahora, que son los que están gobernando, no vivieron ni la guerra fría en su máximo esplendor, como la crisis de los misiles en Cuba o la invasión de Checoslovaquia o Hungría, y que fueron elementos presentes en los años 70. Y en el fondo que se haya olvidado todo eso es un triunfo del capitalismo. Nosotros veíamos en el socialismo un horizonte histórico, el bien común, la libertad, la fraternidad, la igualdad... Y veíamos que eso se podía conseguir con el fin de la explotación, con la humanización del patriarcado, con elementos de la igualdad y justicia social. Ahora el problema es el capitalismo que llaman de rostro humano y que las generaciones jóvenes reivindican que se cumplan sus promesas dentro de ese sistema. Y es una esquizofrenia pedirle eso al capitalismo”.
Y ahí es precisamente donde se une la preocupación por el hurto del futbol tal y como fue en su origen. Al menos así lo ve Cappa: “El negocio se apropió del futbol y no solamente se lo quitó a sus verdaderos propietarios, que era la gente del pueblo, sino que además le transfirió sus valores. Los valores del futbol como juego popular son absolutamente distintos a los que transmite el negocio, el mercado. Para sintetizar; para el pueblo el juego es tan importante como el resultado y en algunos casos más importante, porque viene a ser una excusa extraordinaria para poder jugar. En cambio, para el capitalismo, el juego no tiene ninguna importancia, lo único relevante es el resultado, porque es lo que vende. El capitalismo divide a la so-ciedad en ganadores y perdedores. Y los que venden son los ganadores. Los perdedores no sirven. Cuando escucho a un entrenador profesional decir que lo único que importa es ganar pienso que es la transferencia más clara del capitalismo al mundo del futbol. Nos lo han robado también, era un bien popular, sin madre ni padre y que creció de forma colectiva, pero cuando el capitalismo vio que era una ocasión extraordinaria para ganar dinero, lo arrebató y se terminó la historia y le transfirió sus valores”.
Roitman asiente y añade: “El futbol se transformó en una empresa, se venden camisetas, se venden marcas y al final lo que menos importante es el aficionado. Lo que cuenta es lo que no está en la cancha. No el juego para divertirse, sino para comercializarse y venderse. Es la privatización del futbol. El Mundial de este año es un insulto al balompié, pues ya quedó demostrado que Qatar logró la sede sobornando a medio mundo. Y no pasa nada. Y la gran derrota del futbol es precisamente que se vea normal todo eso, que se prime el resultado al juego, el hacerse zancadillas, el eliminar al otro, el ganar a cualquier precio. Y el futbol no es ajeno a los cambios que estamos hablando de una sociedad de mercado; el egoísmo, la competitividad, la crueldad, la deshumanización...”
En cuanto a la resistencia que debería tener el futbol al ser un deporte con tantas raíces en el pueblo, Cappa sostiene que “el juego tiene un significado muy profundo para todas las clases populares. A través de él lograban la identidad y el respeto ajeno y propio. Está bien querer triunfar, pero el respeto me lo gano en la forma en que deseo la victoria. Y en una sociedad capitalista no puede haber otro futbol que no sea el capitalista, así que se debe luchar por mejorar el balompié, pero también para hacer una sociedad socialista. Si no, es muy difícil que este deporte tenga otros valores”.
Siempre resurge
Y añade: “Hay un futbol de derechas y uno de izquierdas; el primero es en el que el fin justifica los medios, no me interesa cómo gane, la cuestión es triunfar y ahí entra todo, hasta la corrupción, la compra de partidos, de árbitros... En cambio, para la izquierda, fin y medios se complementan, son iguales. La esperanza está en que a pesar de todo siguen saliendo por ahí chicos con talento, a pesar de que les prohíben divertirse. Hay una frase asquerosa de la nueva izquierda que reza que la realidad es la que es. Que debemos ser pragmáticos. Es igual que en el futbol, sos románticos si querés jugar bien, hay que ser pragmáticos. Y esos son valores que se transfieren al futbol. Pero yo no me resigno y no lo doy por perdido. Siempre hubo etapas críticas en las que después hay un resurgimiento. Y en el futbol también, que lo han matado 20 mil veces y siempre resurge, aunque cada vez lo matan mejor”.
El libro ya se puede adquirir a través de las plataformas digitales.