Ciudad de México. Leer no puede ser una obligación; es democracia pura, pensamiento crítico y disparador del goce, opina el escritor Paco Ignacio Taibo II, quien encabezó el estreno del programa televisivo Leer: Una hora inesperada, que se transmite por Capital 21, a fin hacer del arte de las palabras un acto irreverente y placentero.
“Te quita lo reaccionario”, sostuvo en entrevista quien desde la dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE) ha priorizado el fomento a descubrir autores plasmados entre hojas de papel, porque “leer es muy divertido, subversivo, apasiona y te cambia el mundo”, describió efusivo.
“El libro es un transportador de ideas y tú puedes elegir qué tipo de ideas te interesan; de qué manera enfrentas el tiempo libre en la posibilidad de la diversión y el goce no son antagónicos. Estas campañas que te dicen ‘Apaga la tele, enciende un libro’ son equivocadas, el libro es un elemento más en las posibilidades de entrarle a enriquecer el tiempo libre”, afirmó al conversar sobre el naciente proyecto televisivo.
Las primeras palabras en el arranque del programa que se emitió en vivo la noche del martes pasado fueron: “Esto es, ni más ni menos, que leer es una aventura”. Un bello edificio art decó, transformado en una deslumbrante librería, fue el estudio de grabación con la encomienda de “si nos sale bien, puede ser la demostración de que en la televisión pública se pueden hacer programas sobre libros que capten la atención de la gente”.
Un reloj donde habita un Principito charro, además de Octavio Paz y Carlos Fuentes a bordo de un microbús, acompañaron a Paco Ignacio Taibo II, Rocío Martínez y Ezra Alcázar en el escenario colocado entre los estantes de Ciencia para todos y Literatura histórica, rodeados de los miles de libros que esperan una mirada curiosa en la librería Rosario Castellanos, ubicada no en el corazón, sino en “los riñones de la colonia Condesa”, como describió el escritor y conductor del programa cultural de una hora de duración.
El Che, velador de una librería del Fondo
El día del cumpleaños del Che –quien nació el 14 de junio de 1928– se reveló que antes de lanzarse a la revolución cubana, trabajó de velador en una de las librerías del Fondo. En un reportaje hablaron sobre la quema de libros por los nazis y aclararon que la destrucción de éstos no sólo se hace por contradecir las ideas del poder, sino también con fines mercantilistas. Después de recomendar libros que cuestan entre 15 y 30 pesos, invitaron a conocer una librería con carácter feminista.
Esos fueron parte de los contenidos del primer episodio de Leer: Una hora inesperada, que se transmitirá en vivo todos los martes a las 20 horas, cita en la que se recibirá al público en avenida Tamaulipas 202 y se mantendrá contacto con los mensajes enviados por redes sociales, “lo que permitirá la interacción con todo el mundo”.
Cada programa se repetirá los sábados a las 21 horas en señal de la televisión abierta, además de estar disponible en las redes sociales del FCE, Capital 21 y sus respectivos canales en YouTube.
Al preguntar a Taibo II si se ponía nervioso, su respuesta fue un “no” rotundo, “trato de no forzarme a formalizar mi relación con la cámara, a ignorarla para trascenderla y hablar con la gente”.
Después del conteo regresivo, el aviso “va la cortinilla” y el último sorbo apresurado a una taza roja, las cuatro cámaras enfocaron a los conductores y al público invitado; además, hubo algunas sorpresas, como la visita del periodista Andrés Ruiz, quien recomendó los libros de Rudyard Kipling, escritor británico que además de escribir El libro de la selva, fue el primer británico y el autor más joven en ganar el Premio Nobel de la Literatura, a los 24 años. Al finalizar, desde los estantes del segundo piso, lanzó los libros al aire, como aves en búsqueda de un nuevo destino.
Paco Ignacio Taibo II, escritor encumbrado de la novela negra y autor de una biografía del revolucionario Pancho Villa, apuntó durante la conversación con La Jornada que “la idea es ampliar la base de reflexión de lo que hemos estado haciendo durante años: tratar de hacer programas de televisión que sean divertidos, en lugar de cromos.
“Esperemos que la televisión pública logre lo que no hizo la televisión privada, la cual es una máquina de propaganda conservadora descaradamente. Enfrentaremos el reto de ofrecer democracia, civilidad, placer e información sólida a la gente”, declaró. “Nosotros tenemos que introducir una variante: leer porque es muy divertido”.