Ciudad de México. En privado, ocho de los ex presidentes del PRI que acudieron a la sede nacional del PRI para reunirse con Alejandro Moreno le reclamaron: “no te tenemos confianza, nos has colocado en la crisis más grave, la peor incluida la del año 2000”. La molestia por las formas y modos con los que el campechano se ha apoderado del control partidista llegó a tensar el encuentro, y la salida para justificar la derrota electoral del 5 de junio fue responsabilizar al pasado: “así me dejaron el partido.”
El martes sobraron argumentos para reprochar el manejo del Revolucionario Institucional en la era Alito. Se le recordó que, en Campeche, apenas, el ministerio público había revisado su casona, que las autoridades de aquella entidad han elaborado un expediente señalándole de delitos cometidos durante su ejercicio de gobierno. Y su respuesta fue elocuente, agitó los brazos y acuso que él es un perseguido del gobierno, que le están atropellando sus derechos humanos, pero que no podrán comprobarle ningún señalamiento en contra.
Tanto Dulce María Sauri, Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell, Roberto Madrazo, Carolina Monroy, Claudia Ruiz Massieu (sobrina de Carlos Salinas de Gortari), César Camacho y el senador Miguel Ángel Osorio Chong, le clarificaron que el proceso de reflexión sobre su salida deberá continuar y en dos semanas se reunirán de nuevo, y Alito deberá correrles la cortesía de invitarlos personalmente para definir el cambio en la conducción de ese partido.
Con un ambiente adverso para el dirigente, sin mucha fuerza para defenderle se alzaron las voces de los nonagenarios Augusto Gómez Villanueva y Jorge de la Vega Domínguez, secundados por José Antonio González Fernández, quien, al proponer un pacto de unidad, recibió respuesta: “esa no es la forma de resolver este gran problema”.
Alito que se preparó para dejar con un palmo de narices a sus críticos el martes. Además de negarse a renunciar, llamó a un Consejo Político Nacional extraordinario, este miércoles a las 18:00 en la sede nacional priísta, donde será aclamado, y además busca extender su dirigencia más allá del año 2023, ayer se acuerpó con su más cercanos: Rubén Moreira, Carolina Viggiano, y el apoyo de Gómez Villanueva, De la Vega Domínguez y González Fernández, cuyos argumentos fueron rechazados por sus detractores.
En su momento, Carolina Viggiano, reclamó que no hubo solidaridad con ella en la elección de Hidalgo, que si bien sabia a lo que iba (a una derrota), no esperaba el vacío de sus correligionarios. Aún no comenzaban los cuestionamientos a Alito y su actuar electoral, y Jorge de la Vega Domínguez, solicitó unidad y la respuesta de un sector de ex presidentes fue que esa no era la forma de resolver los problemas del PRI. Incluso Jorge Antonio González Fernández se pronunció por otorgarle un voto de confianza al campechano.
Y fue precisamente el tema de la confianza sobre el que abundaron los críticos del dirigente-quién se incomodó- cuando todos le espetaron que no le tienen confianza. Incluso se le dijo que la reunión se celebraba para que él reflexionara sobre su estancia en el cargo, y en ese momento salió el Alito que todos conocen. Les respondió que él no tiene nada que reflexionar, que él no fue puesto ahí por ningún presidente de la República, que lo eligieron los votos de los militantes.
Atrapado por la postura de los invitados, el aludido dirigente prometió que cambiaría a todos los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) pero no dijo cómo ni cuándo, y en ese momento sobrevino otro reclamo: “cómo es posible” que se haya lastimado al priísmo al haber hecho diputados plurinominales a todos los integrantes de su CEN.
Aun así, todavía propuso a los ex presidentes que salieran a tomarse una fotografía para expresar unidad ante los medios de comunicación y que se elaborara un comunicado de prensa conjunto. Nadie aceptó, a excepción Gómez Villanueva y Jorge de la Vega Domínguez. Y hasta les pidió que bajaran a saludar a los comités directivos del partido, reunidos en el salón Alfonso Reyes.
Los invitados de Alito le respondieron que habían atendido la convocatoria a la reunión de motu proprio, que no bajarían a saludar a los convocados por el campechano, y le replicaron que no aceptaban porque él se arrogó facultades de control total en el PRI.